Más de mil exfuncionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos pidieron -en una carta pública cuyos extractos fueron publicados este domingo (16.02.2020)- al fiscal general, William Barr, que renuncie por su intervención para reducir la sentencia de Roger Stone, un exasesor de campaña y amigo del presidente Donald Trump.
El Político
La petición se deriva del escándalo político provocado por las acusaciones de que Barr decidió, supuestamente presionado por Trump, desautorizar a sus propios fiscales y buscar una sentencia más leve para Stone. Cuatro fiscales del Departamento de Justicia renunciaron al caso la semana pasada en aparente protesta contra la interferencia del mandatario.
La misiva fue firmada por más de 1.100 exfiscales federales y exfuncionarios y detalla que "las acciones del señor Barr, al obedecer las órdenes personales del presidente, lamentablemente hablan más que sus palabras".
"Una persona no debería recibir tratamiento especial en un proceso criminal porque es un aliado político cercano al presidente", dice la carta. "Los gobiernos que utilizan el enorme poder de hacer cumplir la ley para castigar a sus enemigos y premiar a sus aliados no son repúblicas constitucionales; son autocracias", agrega.
Los exempleados señalan que "esas acciones y el daño que han hecho a la reputación del Departamento de Justicia, hacia su integridad y al Estado de Derecho, requieren que el señor Barr renuncie". Sin embargo, reconocen que tienen "pocas expectativas" de que el fiscal general abandone su cargo, pero aseguran que "corresponde a los funcionarios de carrera del Departamento tomar las medidas apropiadas" para defender una Justicia "apolítica y no partidista".
Los fiscales que trabajaban en el caso habían recomendado una sentencia de entre siete y nueve años en prisión luego de que Stone fuera hallado culpable de obstrucción a una investigación del Congreso sobre la injerencia de Rusia en la campaña electoral de 2016, y de brindar testimonios falsos. Desde su cuenta de Twitter, Trump criticó la recomendación y la tildó de "horrible y muy injusta". Horas después de publicado el tuit, Barr intervino en el caso y eliminó la recomendación por considerarla "extrema y excesiva y desproporcionada".
Su intervención generó una escalada de indignación, que Barr intentó contener durante una entrevista televisiva el jueves, cuando dijo que los tuits del presidente hacen "imposible" su trabajo.
Fuente: DW