Los rusos han sufrido 100.000 bajas, incluidos 20.000 muertos, desde que se intensificó una guerra de desgaste en la región ucraniana de Donetsk en diciembre, según una estimación de la Casa Blanca, mientras Kiev se prepara para una nueva contraofensiva contra las fuerzas de Moscú.
El Político
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo el lunes que la cifra se basó en la inteligencia de Estados Unidos recientemente desclasificada. No detalló cómo la comunidad de inteligencia llegó al número.
Agregó que aproximadamente la mitad de los muertos eran soldados reclutados por el grupo privado de mercenarios Wagner, que atrae a muchos de sus reclutas de las poblaciones carcelarias en Rusia.
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Estados Unidos denunció hace meses que Wagner está alistando a presos de cárceles rusas, incluidos algunos que tienen enfermedades serias u otros problemas de salud y que mueren en mayor proporción en el campo de batalla. Además de esos 20.000 fallecidos, 80.000 soldados rusos han resultado heridos desde diciembre, según Kirby.
Además, al menos 34 personas, incluidos cinco niños, han resultado heridas tras una nueva oleada de ataques nocturnos lanzados por Rusia, cuyos misiles han alcanzado varios edificios residenciales en la ciudad de Pavlohrad, en el este del país, pese a que los sistemas de defensa aérea ucranianos han conseguido derribar 15 de los 18 proyectiles disparados.
Por otra parte, el Ejército ucraniano ha afirmado este lunes que las fuerzas rusas han abandonado "algunas posiciones" en la ciudad de Bajmut, situada en la provincia de Donetsk y epicentro de los combates durante los últimos meses, tras una serie de "contraataques" en la zona. El comandante de las Fuerzas de Tierra de Ucrania, Oleksander Sirskyi, ha indicado en su cuenta en Telegram que "en algunas zonas de la ciudad, el enemigo ha sido objetivo de contraataques por parte de unidades ucranianas y ha abandonado algunas posiciones".
Fuente: El Confidencial