El Tribunal Popular Supremo de China y la Fiscalía del Estado aplicaron la pena de muerte a líderes corruptos que malversen o reciban sobornos superiores a los US$ 463.000, según publica indignate.es
Esta medida entrará en vigor desde la publicación y supone una revisión del Código Penal de 2015 donde no se estipulaban las cantidades exactas para justificar o no su aplicación.
Pero si el acusado confiesa el delito o devuelve el dinero malversado, la pena capital se suspendería por dos años y en los hechos, significaría la conmutación por cadena perpetua, que es la condena habitual para los casos de corrupción en el país.