En el Gobierno de Rajoy se respira un enorme malestar e indignación hacia el partido que desde el inicio de legislatura ha considerado como su «socio preferente», Ciudadanos. Su cambio de voto en el debate sobre el decreto ley de la estiba, en el último momento, es un gesto que no ha gustado nada al presidente ni al Ejecutivo. Este jueves se ha perdido buena parte de la confianza que pudiera existir entre ambas partes.
Fuentes de Moncloa han reconocido a ABC esa indignación por el "incumplimiento de un compromiso sobre la posición de voto, algo que es sagrado en política".
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En La Moncloa hay decepción porque se consideraba que el debate sobre este decreto-ley podría considerarse de un ensayo general de los Presupuestos Generales del Estado. Ahí se verían si los partidos están realmente involucrados en la estabilidad, o más bien en dar un varapalo al Gobierno. Ha ocurrido lo segundo, y en el Gobierno han tomado buena nota.
Con todo, desde La Moncloa quieren pensar que este es «un caso aislado» y la estabilidad no se verá afectada. Ese será en mensaje público oficial, pero en realidad, en privado, se reconoce que algo se ha dañado hoy, y si esta circunstancia, por la derrota en el Pleno del Congreso, se repite en próximas ocasiones, la legislatura penderá de un hilo muy fino. «Este síntoma no nos ha gustado», reconocen en La Moncloa.
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