Una vistosa "conga" en la principal calle de La Habana sirve hoy para marcar una década de activismo en Cuba por la inclusión y la aceptación social de gais y transexuales en la isla comunista, un camino largo, no siempre fácil y en el que aún quedan retos como la aprobación del matrimonio igualitario.
El desfile, una versión local de las marchas del orgullo gay que se hacen en todo el mundo, se ha convertido en uno de los
momentos más importantes de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia, que este 2017 cumplen diez años "con logros indiscutibles", dijo este sábado la sexóloga Mariela Castro.
Mariela, hija del presidente cubano, Raúl Castro, y directora del Centro Nacional de Salud Sexual (Cenesex), es la cara más visible del movimiento por los derechos de la comunidad LGTBI, un tema que "ya está en la política" del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único) y de la Asamblea Nacional, la cámara legislativa.
"Ya el tema se trata en las reuniones del Partido, y eso es un logro, y al estar ya en la política del Partido, este se tiene que encargar, de hecho lo está haciendo; de que eso se exprese en toda su política",afirmó Castro antes de comenzar el desfile, que llevó música y colorido a la avenida 23 del Vedado habanero.
Recordó que aún quedan "muchos desafíos, sobre todo en el área legislativa", donde esperan introducir cambios en la constitución y el Código de Familia a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, una propuesta que ya lleva años en discusión y que podría materializarse en el próximo Congreso del PCC.