El Parlamento japonés aprobó una ley que permite al emperador Akihito abandonar el trono, allanando el camino a la primera abdicación en Japón en más de 200 años.
Akihito, de 83 años, sorprendió en agosto pasado al dar a entender en un mensaje televisado que a causa de su edad podría volverse incapaz de mantener su papel de "símbolo de la nación y la unidad del pueblo".
La ley sólo se aplica a su persona y deberá ceder el trono a su hijo mayor, el príncipe Naruhito, en una fecha fijada por decreto en un plazo de tres años tras su promulgación. El texto había sido aprobado hace una semana en la cámara baja y recibió la aprobación del Senado.