La fiscalía general de México anunció este lunes que pedirá ayuda al FBI para indagar el caso de presunto espionaje contra periodistas y defensores de derechos humanos, que acusan al gobierno de intervenir sus comunicaciones.
Lea también: Activistas y periodistas denuncian a gobierno mexicano por espionaje
"El caso de una presunta intervención ilegal de comunicaciones a personalidades públicas ha ocurrido recientemente en otros países y estamos actuando dada esa experiencia internacional", dijo en conferencia de prensa Ricardo Sánchez, titular de la fiscalía especializada en delitos contra la prensa.
Sánchez dijo que además del FBI buscará la asesoría de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el órgano de la ONU especializado en la materia; la Asociación Mundial de Operadores Móviles y la universidad mexicana Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Lea también: Gobierno mexicano declaró secretos los contratos sobre el software del espionaje a periodistas
La semana pasada, un grupo de activistas y periodistas denunció legalmente al gobierno mexicano, acusándolo de intervenir sus teléfonos móviles tras un reportaje sobre el tema del influyente diario The New York Times.
Entre quienes denunciaron el espionaje está la destacada periodista Carmen Aristegui, quien reveló en 2014 que la esposa del presidente Enrique Peña Nieto había comprado una mansión de 7 millones de dólares a un importante contratista del gobierno.
Las víctimas del espionaje recibieron SMS que llegaban desde direcciones o dominios falsos acompañados de enlaces maliciosos que al ser abiertos por el usuario permiten la infección del dispositivo.
Tras los señalamientos, el propio Peña Nieto negó que su gobierno estuviera detrás del presunto espionaje y pidió que la ley se aplique contra quienes, a su juicio, levantaron los "falsos señalamientos" contra el gobierno, lo que las organizaciones civiles interpretaron como una amenaza.
Lea también: Peña Nieto niega espionaje contra periodistas y activistas
Este lunes, Sánchez dijo que se va a solicitar a las empresas de telefonía celular el registro de las llamadas de los celulares presuntamente infectados para determinar las "similitudes de los números que hubieran enviado el virus".
AFP