Un día después de una redada antiterrorista que condujo a la detención de cinco personas en Bélgica y en el norte de Francia, las autoridades belgas buscan todavía a "varios sospechosos de terrorismo" y temen un nuevo atentado.
"Buscamos aún a diferentes sospechosos de terrorismo", declaró a la cadena de televisión VTM el portavoz de la fiscalía federal Eric van der Sypt, después de que el allanamiento del miércoles permitiera la detención e inculpación de dos hermanos por presuntamente preparar un atentado.
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"Tememos que se sientan arrinconados luego de los allanamientos. Tememos por consiguiente la misma reacción que el 22 de marzo" de 2016 cuando kamikazes llevaron a cabo un doble ataque en Bruselas, que dejó 32 muertos, tras el hallazgo por la policía de uno de sus escondites, agregó.
En declaraciones poco después a la televisión RTL, Van der Sypt, para quien "nunca se sabe cómo reaccionará esta gente", intentó transmitir tranquilidad asegurando que no existe "ningún elemento" concreto sobre un atentado inminente y que "nada apunta en esa dirección".
Bélgica, donde las fuerzas armadas mataron el 20 de junio a un hombre tras activar un artefacto explosivo en una céntrica estación de trenes sin dejar víctimas, mantiene su nivel de alerta en 3 sobre 4, que corresponde a un riesgo "posible" de atentado.
Kalashnikovs y detonadores
Este reino europeo, donde tienen su sede las principales instituciones de la Unión Europea y la OTAN, es considerado desde hace años como una base del yihadismo internacional.
Los atentados de París en noviembre de 2015 (130 muertos), en los que participaron varios belgas, se organizaron en su suelo y fueron perpetrados, según los investigadores, por la misma célula que atacó en marzo del año siguiente en el aeropuerto y en una estación de metro de Bruselas.
Desde entonces, soldados patrullan las calles de la capital belga y las redadas antiterroristas se suceden, la última de ellas la noche del martes al miércoles que se saldó con la detención de Akim Saouti, de 40 años, y su hermano Khalid, de 37 años, acusados de "participación en un grupo terrorista".
Según una fuente cercana a la investigación, ambos, detenidos junto a otras dos personas en el distrito bruselense de Anderlecht, son sospechosos de preparar un atentado con un importante arsenal de kalashnikovs y detonadores. Una quinta persona fue detenida cerca de Lille (norte de Francia).
En concreto, en los allanamientos llevados a cabo por las fuerzas de seguridad, se hallaron kalashnikovs, pistolas, cargadores, radios y chalecos antibalas, así como uniformes de policía, de agente de seguridad o de socorristas, y cuatro detonadores, si bien se desconoce el blanco del presunto ataque.
Los hermanos Saouti
Los hermanos Saouti tienen antecedentes con la justicia belga. La víspera de Navidad de 2002, Khalid ayudó a su hermano mayor Mohamed a evadirse de prisión prestándole su ropa. Mohamed regresó a prisión y a su hermano menor se le impuso un año de prisión con suspensión de condena.
A otro de los hermanos, Saïd Saouti, ex jefe de la banda de motociclistas "Kamikaze Riders", la justicia lo condenó en 2016 por "pertenencia a un grupo terrorista" y apología del grupo yihadista Estado Islámico en las redes sociales, entre otros cargos.
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Durante su detención a finales de diciembre de 2015, las autoridades anunciaron que era sospechoso de preparar atentados contra "varios enclaves emblemáticos" de Bruselas, como la turística Grande Place o la comisaría central junto a otro de los "kamikaze riders", Mohamed Karay.
Ante el temor de atentados como el de París en noviembre de 2015, las autoridades belgas decidieron anular las celebraciones del Año Nuevo en el centro de Bruselas, especialmente los fuegos artificiales.