El Banco de Inglaterra (BoE) baja los tipos de interés al 0,25% y lanza nuevos estímulos para tratar de paliar el frenazo económico tras el Brexit. La institución que dirige Mark Carney ha anunciado este jueves su decisión, que supone la primera reducción del precio oficial del dinero desde 2009. Además, ha comunicado una ampliación en 60.000 millones de libras (más de 71.000 millones de euros) en su plan de compra de bonos, congelado desde 2012, y que ahora además, incluirá también la compra de bonos corporativos. Para evitar que los tipos bajos desincentiven que la banca ofrezca créditos a hogares y empresas, pondrá a disposición de la banca hasta 100.000 millones de liquidez a bajo precio.
El organismo realiza el paso esperado por los analistas e inversores, con el fin de alejar el fantasma de la recesión que se cierne sobre Reino Unido, que sufre ya los primeros signos de ralentización tras el referéndum de la salida de la UE de junio. De hecho, la institución ha revisado hoy sus previsiones económicas y son pesimistas, especialmente de cara al año que viene. En concreto, espera "muy poco crecimiento" en la segunda mitad de este año, aunque gracias al potente primer semestre sostiene en el 2% el avance del PIB en 2016. Para 2017, sin embargo, rebaja los pronósticos del 2,3% al 0,8%. Y en 2018 lo disminuye del 2,3% al 1,8%. También pronostica una subida del desempleo en 2017 y 2018.
El Banco de Inglaterra, según ha explicado en su comunicado oficial, reduce el precio oficial del dinero al 0,25% desde el 0,5% donde lo mantenía invariable desde hace siete años. Justifica la medida porque "el recorte en la tasa del banco bajará los costes de endeudamiento de los hogares y las empresas". La institución señala que, como las tasas de interés están cerca de cero, "es probable que para algunos bancos y cajas de ahorros sea difícil reducir las tasas de depósito mucho más allá", lo que a su vez podrían limitar su capacidad para reducir sus intereses de los préstamos. De ahí, que también vaya a poner en marcha un plan para ofrecer liquidez a las entidades con el fin de que los créditos lleguen "a la economía real".
La institución ha comunicado también que pondrá a disposición de la banca más liquidez para asegurar que el crédito llega a la economía real. Y elevará en 60.000 millones de libras (71.500 millones de euros) el dinero que destina a realizar compras de bonos soberanos. Dentro del plan, como novedad, destinará otros 10.000 millones de libras a la adquisición en el próximo año y medio de bonos corporativos.
Así, su programa de compra de activos alcanzará un volumen de 435.000 millones de libras (518.389 millones de euros), a los que habría que sumar 10.000 millones más para el plan corporativo. El programa inicial lo lanzó en 2009 y la nueva decisión supone una fuerte inyección al plan desde los 375.000 millones en los que estaba congelado desde 2012.
La decisión de bajar tipos se ha tomado por unanimidad en el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra pero el plan de estímulos, por mayoría, con algunas voces en contra: tres miembros de nueve se opusieron en el caso de la ampliación de la compra de deuda y uno de nueve en el caso de la compra de bonos corporativos.
Tras conocerse la decisión, la libra cae con respecto al dólar: baja del 1,332 de ayer al 1,318. Con respecto al euro se deprecia casi el 1%, desde 1,195 a 1,183. La Bolsa de Londres, que llevaba una mañana de gran volatilidad, tras el anuncio sube cerca del 0,5%.
Signos de ralentización económica
En la última reunión del Banco de Inglaterra, celebrada a mediados de julio —y ya con el Brexit como telón de fondo—, pese a que los mercados también esperaban una rebaja, la institución optó por dejar las cosas como estaban, a la espera de que hubiera más datos sobre el impacto de la ruptura con la UE. El emisor, que había aprobado algunas medidas de emergencia justo después del referéndum de salida del Reino Unido (puso liquidez a disposición de la banca y relajó las exigencias de capital de reserva a la banca para que pueda prestar hasta 180.000 millones de euros) ya asumió que las turbulencias estaban llegando a su economía. Avisó de que en agosto, probablemente, tendría que "suavizar la política monetaria". De ahí que se diera por hecho que en la cita de este jueves sí se tomaría una decisión. Analistas de Goldman Sachs, Barclays y Bank of America ya habían emitido informes esta semana donde daban por descontada la bajada del 0,25 de este jueves.
Las grandes cifras macroeconómicas todavía jugaban hasta junio a favor del país: el PIB creció el segundo trimestre el 0,6%, por encima del trimestre anterior y el paro se colocó en el 4,9%, su nivel más bajo desde 2005. Pero otros signos del impacto económico posteriores al Brexit empiezan a estar sobre la mesa en Reino Unido y los pronósticos del Banco de Inglaterra apuntan sin duda a un frenazo económico brusco especialmente en 2017.
Por ejemplo, los indicadores adelantados de la industria y el sector servicios apuntan este mes a una contracción para el tercer trimestre. Y la actividad del sector manufacturero sufrió en julio una profunda caída que situó el índice PMI en 48,2 puntos desde los 52,4 de junio, el nivel más bajo desde febrero de 2013. Y el 22 de julio, un estudio de la consultora IHS Markit alertó de que había un “deterioro dramático” en la confianza empresarial y que la actividad del sector privado en Reino Unido estaba sufriendo su mayor contracción desde abril de 2009. "La encuesta apunta a una contracción de la economía del 0,4% en el tercer trimestre", aseguró Chris Williamson, economista jefe de Markit.
Tipos bajos en la UE y EE UU
La bajada de tipos oficiales del dinero es una de las mayores herramientas de estímulo económico que las economías más desarrolladas están usando para animar la economía. Estados Unidos fue el país más agresivo a la hora de aplicar esta política, que ahora comienza a revertir. Sus tipos de interés están en el 0,25%, tras la primera subida en una década, aplicada en diciembre, que supuso elevarlos del 0% (donde los colocó en 2008) al 0,25%.
En el caso del Banco Central Europeo, el tipo general está en el 0% desde marzo de 2016, cuando la institución de Mario Draghi amplió además su plan de estímulos, centrado en la compra masiva de bonos. Esa última bajada fue prácticamente simbólica, ya que estaban desde 2014 en el 0,05%. Desde 2011, cuando estaban situados en el 1,5%, el eurobanco ha ido recortando progresivamente el precio del dinero, que bajó del 1% a mediados del 2012.
Con información de El País