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El gabinete de Fox quiso ser un gabinetazo y acabó en un relajo: cada uno jalaba para su lado. Por eso, de manera indebida, pues estigmatizaba a un método de enseñanza, se ganó el calificativo de Montessori. El de Calderón fue el de los cuates, defecto que empeoraría luego de que el destino malograra en dos ocasiones a sendos titulares de Gobernación. ¿Cómo deberíamos de bautizar al equipo que ayuda (es un decir) al presidente Enrique Peña Nieto?
Junio sirve de laboratorio para buscar un calificativo que defina a los colaboradores del mexiquense.
Elecciones. En un régimen priista clásico, la responsabilidad de que salga bien la elección, tanto en términos de gobernabilidad como en la lógica de que al partido del Presidente le vaya bien, es del secretario de Gobernación. Ni más, ni menos.
En la jornada del 5 de junio hubo gobernabilidad, punto para Miguel Ángel Osorio Chong. Pero no le fue bien al tricolor. Si el hidalguense no coqueteara un día sí y otro también con ser el tapado, su papel en el revés podría evaluarse sin que se le viera como alguien que gana con la caída de otros. ¿Ayuda un secretario de Gobernación que desde ya juega con el futuro? En la elección perdió el Presidente, sin embargo es pertinente cuestionar: ¿perdió Osorio Chong?
Oaxaca. El endurecimiento de Aurelio Nuño frente a la CNTE podía llevarnos al lugar en que estamos. Lo sabía el secretario de Educación, pero también lo sabía Osorio Chong, quien -no sin polémica- pudo sofocar desde el gobierno de Hidalgo a la normal rural de El Mexe. Nuño debe cambiar de estrategia para rescatar del fracaso a la reforma educativa, pero cuándo va a rendir cuentas el titular de Bucareli por el desastre de la operación en Oaxaca, que ha llegado a una crispación que no se había visto en diez años. ¿El jefe de la policía acusada de provocar muertes y represión ahora es el indicado para tender la mano en el diálogo? Echeverría habría rubricado ese guión.
3 de 3. El gobierno que -supuestamente- pretendía regresar a buenos términos con la iniciativa privada le recetó a los empresarios unas banderillas puestas en todo lo alto. Hoy dice la administración Peña (o su vocero Eduardo Sánchez, pues) que el Presidente está analizando la 3 de 3. Qué raros son.
¿Para qué necesitará hoy tiempo el mandatario? El albazo del miércoles en el Senado para incluir un artículo que obligaría a medio México a presentar su 3 de 3 no se entiende sin la anuencia de Los Pinos (Gamboa, ya se sabe, nunca se ha mandado solo). Y si acaso el Presidente y su equipo se hubieran equivocado (no), o descuidado (no), o calentado (poco probable), tuvieron todo el miércoles y el jueves para corregir. En vez de ello, el paquete del SNA pasó en mega fast track en San Lázaro.
¿Ahora quieren tiempo? Tiempo para qué. Ya lo tuvieron y lo dejaron pasar. Desde el jueves la IP les dijo no, y en vez de escuchar, la secretaría de la Función Pública se puso el sábado a enviar invitaciones para la malograda promulgación. Tiempo para qué, si lunes y martes se enredaron con la margarita, sí veto, no veto, sí veto, no veto, sí vet…
Dicen que tenemos un Presidente débil.
Parece más claro que tenemos un Presidente sin equipo funcional, sin un gabinete que le ayude a sortear lo inevitable, a desactivar lo previsible y a ganar lo posible.
Tenemos un Presidente rodeado de gente que no es útil, que ha demostrado ser inútil.
Twitter: @SalCamarena
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Con Información de: El Financiero