Cinco mil desayunos y almuerzos reparte diariamente la Diócesis de Cúcuta a los emigrantes venezolanos que cruzan la frontera en busca de insumos.
Del tema habló monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, quien el miércoles sostuvo una reunión con su homólogo de Norte de Santander, Víctor Manuel Ochoa Cadavid, para hablar entre otros temas de asuntos humanitarios, pues la semana pasada repartieron alrededor de sesenta mil comidas.
Entre la agenda de los prelados estuvo la visita a una de la siete casas de paso “Divina Providencia” que abrió en junio pasado la Iglesia Católica de Norte de Santander, para venezolanos que llegan al vecino país, con el fin de ayudar a los emigrantes afectados por la crisis económica.
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De allí que el obispo del Táchira agradeció este “ejemplo vivo de caridad” de la Diócesis de Cúcuta ante el gesto de repartir cada día esa cantidad de comida en la frontera colombo venezolana a quienes van en busca de insumos necesarios a esa región colombiana; también a los “sacerdotes y las personas de buena voluntad que en Colombia realizan esamuestra de fraternidad y solidaridad”.
—Están dando un promedio de cinco mil almuerzos y desayunos diarios. Ejemplo vivo de caridad- agregó el prelado tachirense—.
Organizar voluntarios
Ante la iniciativa colombiana, monseñor Moronta anunció que en los próximos días un grupo de voluntarios del Táchira se unirán a ese apostolado que realiza la Iglesia colombiana en Cúcuta.
—Deben contar con nuestro apoyo y ayuda en lo que esté a nuestro alcancé. Vamos a organizar turnos de voluntarios sacerdotes seminaristas religiosas y laicos para ir al menos un día de la semana a acompañar y colaborar –apuntó el obispo, quien indicó que ahí necesitan teteros para los niños-.
En la festividad de Nuestra Señora de la Consolación, monseñor Moronta también agradeció a los colombianos por esta iniciativa:
“Que en nuestra oración demos un momento de acción de gracias porque la Iglesia de Colombia, de manera especial la de Cúcuta, está recibiendo con tanto cariño y desinterés a tantos hermanos nuestros. Sólo la semana pasada la Iglesia de Cúcuta dirigida por su obispo Víctor Ochoa, dio de comer a más de sesenta mil venezolanos que pasaron la frontera”.
Monseñor Ochoa, al inaugurar la primera casa de paso, dijo que el fin es brindar ayuda material, pastoral y espiritual a los miles de venezolanos que cada día atraviesan la frontera hacia Cúcuta en busca de productos de primera necesidad: alimento, medicamentos, artículos de aseo, entre otros, y posibilidades de sostenimiento.
Con información de La Nación