Un hombre de 47 años de La Paz, en la provincia de Agusan del Sur, Filipinas, sintió tierra firme por última vez en 2014, antes de subir a un cocotero de 18 metros de altura cerca de su casa. El hombre nunca bajó desde entonces, y probablemente se hubiera quedado encima del árbol hasta el fin de sus días, si las autoridades no lo hubieran rescatado recientemente por la fuerza.
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— El Político (@elpoliticonews) October 27, 2017
El hombre, identificado como Gilbert Sánchez, aparentemente había dejado su hogar para vivir encima de un cocotero cercano hace tres años, después de haber sido golpeado en la cabeza con un arma de fuego, durante un altercado. Su madre recuerda que tenía tanto miedo de que alguien viniera a matarlo, que sintió que la única forma de mantenerse con vida era escalar el árbol más alto que pudiera encontrar, y quedarse allí. Y eso es exactamente lo que hizo durante los últimos tres años, sobreviviendo sólo con la comida y el agua que su madre le traía todos los días, y que levantaba en el refugio de su árbol con una cuerda improvisada. Y ni siquiera las furiosas tormentas, el calor abrasador o los despiadados insectos pudieron hacer que cayera.
Winifreda Sánchez, la madre de Gilbert, trató de convencerlo de que bajara del árbol, al menos para darse un baño, pero él siempre se negó. Lo único que podía hacer por su hijo era llevarle comida, agua, ropa y cigarrillos todos los días, con la esperanza de que al menos lo mantuvieran con vida. La mujer le gritaba que bajara la cuerda, atara los suministros con fuerza, y Gilbert los alzaba hacia su refugio en la copa de los árboles.
Aldrin Sánchez, hermano de Gilbert, dijo que tanto él como los otros miembros de su familia le suplicaban constantemente que bajara, pero él simplemente los ignoraba.
Viudo desde el año 2000, cuando su esposa murió dando a luz a su segunda hija, Gilbert Sánchez ni siquiera bajó de su casa en lo alto del árbol cuando su madre le dijo que ella era demasiado mayor para cuidar bien a sus hijos, y que los pequeños ya ni siquiera iban a la escuela.
Aunque todos en La Paz conocían la historia de Gilbert Sánchez, nadie hizo nada al respecto hasta que un artículo sobre él se hizo viral en las redes sociales, y finalmente fue recogido por los principales medios de comunicación en Filipinas. Enviaron equipos de filmación a su pueblo, y su cobertura finalmente convenció a las autoridades locales de ayudar a la familia del hombre a bajarlo de su árbol.
El 11 de octubre, un equipo de 50 personas junto con la familia de Gilbert, una vez más trataron de convencerlo de que bajase voluntariamente, luego de lo cual comenzaron a cortar el cocotero con una motosierra. Fue una operación difícil, ya que un movimiento incorrecto podría marcar la diferencia entre bajar al hombre a salvo o matarlo, pero al final, todo salió según lo planeado, y Gilbert estuvo una vez más en tierra firme, después de tres largos años.
Con información de Periodismo.com