El Político.- Sin duda el desempleo es uno de los fenómenos socio económicos que afecta considerablemente la calidad de vida de la población mundial. En Venezuela específicamente la desocupación en la fuerza de trabajo alcanza niveles altos en la actualidad desde la llegada de la revolución llena de “inclusión“.
Con una hiperinflación superior al 1.660% de inflación, la más alta de este planeta Tierra, nuestro país encara otra penosa cifra: una tasa de desempleo en aumento, la cual se ubica por encima del 21% de acuerdo a los datos del Fondo Monetario Internacional.
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Venezuela, protagonista de una de las peores crisis, afronta un desplome abismal en su fuerza laboral.
La prolongada inestabilidad de los precios del petróleo crudo ha generado, según los oficialistas, una sequía de divisas en un país que depende de su producción petrolera, la cual ha deteriorado desde el 2012 los principales indicadores macroeconómicos.
En efecto, ahí entra el empleo. Y es que el panorama laboral luce sombrío en 2018, debido a la caída continua de la actividad productiva en el sector formal de la economía. Las cifras no son nada alentadoras, advierte José Antonio García, coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores, y Maryolga Girán, asesora laboral de Conindustria.
Las proyecciones y estadísticas sobre el comportamiento del mercado laboral, recopiladas por las centrales obreras y las organizaciones de empleadores, revelan que al cierre del año pasado el desempleo se colocó en 18,9% –el más alto de América Latina–, lo que equivale a 2,6 millones de trabajadores de una población económicamente activa o fuerza de trabajo de más de 14 millones de personas.
“Esa elevada tasa de desempleo es producto de la destrucción de los puestos de trabajo en el sector formal de la economía, como consecuencia de las malas políticas económicas del gobierno de Nicolás Maduro que han ocasionado el cierre de empresas o su funcionamiento a media máquina”, expresó el dirigente de la Únete. “Por la falta de empleo en el sector público y privado, los trabajadores migran a la economía informal o se van del país en la búsqueda de un mejor trabajo con mayores ingresos que les permita enviar dinero para mantener a sus familias”, añadió.
La asesora laboral advierte que en este año el desempleo sobrepasará la barrera histórica más alta registrada en el país desde 2003, cuando la tasa se ubicó en 22%. Indicó que las empresas están ahogadas por los excesivos controles del gobierno y la falta de divisas para adquirir las materias primas e insumos para sus procesos productivos.
Dick Guanique, coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, señaló que el índice de desocupación puede alcanzar 26% este año, lo que incrementará el número de personas en sector informal con una tasa de 56%. “No se observan indicios en el gobierno de rectificar su política económica”, apuntó.
Insistió en que los decretos del Ejecutivo de aumentos del salario mínimo y del bono alimentación cada dos o tres meses han distorsionado la economía al impulsar la inflación que pulveriza el poder adquisitivo de los venezolanos.
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Fedecamáras, a través de la Organización Internacional de Empleadores, introdujo en 2016 y 2017 varias quejas ante la Organización Internacional del Trabajo contra el gobierno de Venezuela por incumplir el convenio 122 de la OIT sobre políticas de fomento al empleo decente con salario digno. En este mes vendrá a Venezuela una misión de expertos para evaluar in situ la denuncia de los empleadores sobre la pérdida millonaria de los empleos y fijar al Ejecutivo las correcciones correspondientes. Durante la visita, los expertos sostendrán entrevistas con los representantes gubernamentales y de las organizaciones empresariales y sindicales del país.
Girán precisó que, pese al éxodo de trabajadores, la nómina de las empresas que luchan por sobrevivir no crece por las dificultades económicas y operativas que enfrentan. Según las proyecciones de las organizaciones sindicales y empresariales, solo 28,6% (4 millones de personas) de la población económicamente activa laboraba en el sector formal durante 2017, lo cual contrasta con el índice de 52,5% del sector informal equivalente a 7,35 millones de trabajadores.
La situación venezolana no cubre los estándares laborales de los países con economías sanas, en las que la proporción del empleo formal supera 70% de la fuerza de trabajo y el desempleo no pasa de 2% o 3%.
Con información de El Nacional