La grave crisis económica y social que sacude a Venezuela ha hecho que la mayoría de estudiantes universitarios y profesionales recién graduados tengan como meta inmediata huír del país.
En 2018 van 21 presos políticos en Venezuela. ¡Casi que uno por día! https://t.co/G0QBdMUppj #ElPolitico pic.twitter.com/pg9HZyYkPj
— El Político (@elpoliticonews) January 23, 2018
Los motivos son muchos, desde la inseguridad, pasando por la hiperinflación, escasez de alimentos, medicinas y demás carencias que no garantizan la calidad de vida.
Gracias al “socialismo” desastroso, Venezuela se convirtió en una nación de emigrantes. Logró la separación de nuestras familias, de nuestras raíces y costumbres. Y eso lo estamos pagando a un alto costo.
Por culpa del difunto y expresidente Hugo Chávez y su hijo putativo, Nicolás Maduro, la juventud no quiere estar más en el país. los destinos van desde la vecina Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, México, Estados Unidos y España.
Lo cierto es que el año pasado, se incrementaron significativamente las solicitudes de retiro de documentos por aquellos alumnos que decidieron abandonar la carrera.
Entonces, es fácil deducir que la emoción que provoca asistir al acto de grado y celebrar la etapa final de los estudios univesitarios con toga y birrete dejó de ser prioridad para los estudiantes venezolanos, en medio de la ola migratoria que enfrenta Venezuela por la crisis económica, política y social.
“De un promedio de 100 graduandos, se fueron 60 personas, poco más de la mitad. La razón por la que muchos no asisten al acto es que ya no se encuentran en el país”, dijo para El Nacional Web un trabajador de la Universidad Santa María (USM), que prefirió no revelar su identidad.
Otros, menos avanzados en su carrera, generalmente deciden esperar y seguir adelante hasta graduarse.
“Los que están alrededor del sexto semestre en adelante, sí tienen la voluntad de continuar y terminar la carrera. Pero apenas terminan, se van. No esperan el acto de grado”, agregó.
Hay alumnos que no necesariamente se van del país, pero tienen otra razón para dejar la carrera. Una de ellas es por el descontento con algunas materias o porque prefieren buscar en otras áreas.
Los aumentos de la matrícula también han hecho que algunos detengan los estudios. En 2017 varios estudiantes protestaron el día de la inscripción tras saber que se les cobraba más de lo que indicaba la información publicada.
Para ese entonces, las autoridades tuvieron que ofrecer un crédito a los alumnos por lo que se les permitió pagar 50% del precio de inscripción y el resto dividido en las cuotas correspondientes.