Mariano Rajoy y Albert Rivera negociarán medidas que faciliten la abstención del PSOE en la investidura si finalmente el PP acepta las seis condiciones contra la corrupción y por la regeneración que exige Ciudadanos para abrir conversaciones. El candidato se muestra dispuesto incluso a hablar de cambios en la reforma laboral con los socialistas. Al tiempo, considera asumibles más de 100 reformas del acuerdo que firmaron en febrero sus dos socios potenciales. El PP y Ciudadanos negociarían con ese pacto como base para colocar al PSOE frente a la contradicción de que rechace en agosto lo que apoyó en la fallida investidura de marzo.
El PP y Ciudadanos no tienen los votos suficientes para hacer presidente a Rajoy. Si llegaran a un acuerdo, necesitarían sumar seis apoyos en la primera vuelta (para llegar a 176, mayoría absoluta) u 11 abstenciones en la segunda (cuando basta con tener más síes que noes). La necesidad de encontrar socios marca la estrategia de las dos partes, que coinciden en aprovechar como base de cualquier conversación el acuerdo del PSOE y Ciudadanos de febrero.
“Esa es la fórmula”, reconoce José Manuel Villegas, el número dos de Albert Rivera. “Las medidas no serán calcadas, porque son pactos diferentes: aquel fue un acuerdo de Gobierno y este sería de investidura, pero hay que tener en cuenta la peculiaridad de que el PP y Ciudadanos no sumamos mayoría, por lo que sería bueno que al adoptar las medidas, si es que se llega a negociar, estén pensadas teniendo en cuenta que vamos a necesitar apoyo de otros partidos”, añade en referencia al acuerdo PSOE-Ciudadanos. “Sería una buena fórmula aprovechar el pacto que hace unos pocos meses firmó el propio Pedro Sánchez y que aprobó el 80% de los afiliados del partido socialista”, subraya.
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En el fallido debate de investidura de Sánchez, Rajoy se burló del acuerdo, que comparó, con ironía, “al pacto de los toros de Guisando”, y el PP incluso elaboró un documento de respuesta criticando las medidas que incluía. Ahora, necesitado de su abstención para la investidura, Rajoy ha enviado a los socialistas una oferta negociadora con un centenar de coincidencias con ese documento.
Los vicesecretarios del PP abren la puerta a sentarse a hablar incluso sobre reformas de las que su partido hizo bandera y el PSOE caballo de batalla, como la laboral. “Se aprobó en una coyuntura distinta, en plena crisis”, explicaJavier Maroto, por lo que ahora admitiría modificaciones. El PP tampoco cierra la puerta a negociar una reforma de la Constitución, aunque, como recuerda Maroto y ha repetido en multitud de ocasiones Rajoy, “sabiendo muy bien para qué”. Para atraer a los socialistas, los populares proponen reevaluar el sistema de dependencia, por el que los socialistas han criticado con dureza al Ejecutivo, y “medidas contra la pobreza energética”.
Sin embargo, la dirección del PSOE asegura que no entrará a valorar la negociación entre Rajoy y Rivera. Todos los dirigentes consultados, tanto en la sede central como en las delegaciones, consideran insuficientes las condiciones planteadas por Ciudadanos al como paso previo a abrir conversaciones con el PP. El secretario de Acción Política, Óscar López, señaló que le provocan “alguna sonrisa”. Que en la negociación figuren puntos del acuerdo suscrito por Sánchez y Rivera, aseguran en las filas socialistas, no les hará cambiar de idea.
Con información de El País