Los cupos en las sobran. Actualmente, las camas hospitalarias están ocupadas en 30 % o 40 %, debido a la hiperinflación y a la cuantiosa deuda que mantienen las empresas básicas de Ciudad Guayana, adscritas al Estado.
El presidente de la Cámara de Comercio de Caroní (Camcaroní), David Bermúdez, alertó que esta deuda se acumula desde hace un año. Las clínicas habían superado la etapa en que las deudas se mantenían con las compañías aseguradoras contratadas por las pólizas básicas, que terminaron por ser suspendidas de los centros asistenciales. Esto se resolvió con un convenio de contratación directa entre las empresas y las clínicas, pero las estatales siguen acumulando los pasivos como cuando contrataban compañías de seguros.
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En tiempos de hiperinflación, el monto de las deudas pierde valor, así como cualquier capital amortizado. “La deuda de estas empresas en una sola clínica puede rondar los 3.000 millones de bolívares desde hace un año, y si hacen un abono de 10 %, eso se vuelve sal y agua”, estimó Bermúdez. Las consecuencias operativas en las clínicas son fuertes.
La merma de pacientes por seguros particulares, sobre todo por el desfase de las pólizas, se suma a las dificultades financieras. “Para ingresar a un quirófano se requieren 150 millones de bolívares, pero las pólizas lo máximo que llegan son a 50 millones”, precisó Bermúdez.
La diáspora venezolana se suma al cúmulo de dificultades que atraviesa el sistema de salud privado en Guayana. Según estimaciones de las clínicas privadas, 50 % del personal médico ha renunciado para emigrar, dejando la mitad de cargos vacantes. Entre el personal administrativo y de mantenimiento, la deserción ha sido de 15 %, afectados también por la dificultad del transporte público.
“Son vacantes que no han podido llenarse y muchas clínicas han tenido que cerrar algunas alas de hospitalización”, aunado a la poca afluencia de pacientes.
Una de las áreas con menos disponibilidad es la de terapia intensiva, que no está disponible en la mayoría de las clínicas, sino solo para los pacientes que están siendo operados. “Si alguien viene de afuera no puede ser admitido en una terapia intensiva, porque los insumos son tan costosos y difíciles de conseguir que las clínicas los reservan para sus emergencias”.
Bermúdez cerró exigiéndole al Estado que cumpla con pagar las deudas que acumulan las empresas básicas de Ciudad Guayana para que las clínicas puedan tener un respiro y continuar invirtiendo en mejorar el sistema de salud privado. Además, consideró que una unificación cambiaria en torno a la asignación de divisas para la compra de medicamentos pudiera ayudar a solventar la escasez de medicamentos, ahora cotizados en el valor del dólar paralelo.
La afectación de las clínicas privadas, donde también escasean los insumos médicos por la dificultad de comprar e importar, pondría en riesgo el acceso y el derecho a la salud de los guayacitanos. La Encuesta Nacional de Hospitales que publicó la Asamblea Nacional el mes pasado reflejó que, en todo el país, los centros públicos presentan una escasez de insumos de 88 %, que solo están operativos 53 % de los quirófanos de toda la red pública y que 70,1 % de las salas de emergencias en el país funcionan de forma intermitente por la falta de insumos y servicios como agua potable.
Fuente: El Pitazo