“Pueden haber violado resoluciones de Naciones Unidas, pero no el acuerdo de Kim Jon Un conmigo”, sostuvo el presidente norteamericano.
El Político
La séptima prueba que desde mayo ha realizado Corea del Norte, al lanzar misiles al Mar de Japón o Mar del Este, ha causado inquietud entre sus vecinos, pero ha sido completamente ignorada por el presidente de los Estados Unidos Donald Trump
Trump dijo que las pruebas de misiles de Corea del Norte pueden haber violado las resoluciones de las Naciones Unidas, pero no su acuerdo con el líder norcoreano Kim Jong Un.En una serie de tuits, Trump dijo que no creía que Kim quisiera “violar su confianza y decepcionarlo”.
“Corea del Norte tiene todavía mucho que ganar, el potencial del país bajo el liderazgo de Kim Jong Un es ilimitado. También tienen mucho que perder”, escribió el presidente.
En Seúl si hay preocupación
El gobierno de Seúl, siempre sensible a lo que sucede en un lugar u otro de la frontera, expresó su “profundo pesar” por unos incidentes que cree podrían dañar los esfuerzos de paz en la Península de Corea, señaló Kim Eun-han, vocero del Ministerio de Unificación surcoreano.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Japón dijo que estaba analizando el incidente y que los proyectiles no alcanzaron aguas territoriales niponas ni su zona económica exclusiva.
"No es apropiado ignorar estas pruebas como de corto alcance", dice Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha Womans en Seúl. "Estos misiles representan desarrollos tecnológicos que amenazan a los aliados y fuerzas estadounidenses en Asia".
Presión de los coreanos del Norte
Para distinguidos analistas, Corea del Norte está expresando su enojo por los próximos ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur y presumiblemente está tratando de aumentar su influencia sobre los dos aliados en medio de conversaciones nucleares estancadas.
Pero las pruebas de misiles tienen una importancia más que simbólica. Corea del Norte parece estar perfeccionando un nuevo misil de corto alcance que representa una amenaza única para los intereses estadounidenses en la región.
Aunque el último lanzamiento aún se está analizando, los funcionarios surcoreanos dicen que el Norte parece haber probado una versión de la misma arma cada vez: una versión modificada de un misil Iskander desarrollado por Rusia.
Según los analistas, el misil del Norte, denominado KN-23 por los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos y Corea del Sur, es fácil de ocultar, puede desplegarse rápidamente y es difícil de interceptar para las defensas de misiles de Estados Unidos y Corea del Sur.
Por ahora, las declaraciones del presidente Trump parecen tranquilizar el panorama, pero Corea es un eterno grito de alerta en el corazón del mundo.
Pyongyang disparó misiles balísticos de corto alcance el 25 de julio y el miércoles realizó lo que describió como un lanzamiento de prueba de un nuevo sistema múltiple de lanzacohetes.
En medio del estancamiento en las negociaciones nucleares con Estados Unidos, Corea del Norte ha reducido significativamente su actividad diplomática con Seúl, exigiéndole que se aleje de Washington para proceder en proyectos económicos conjuntos que han sido obstruidos por las sanciones que encabeza el gobierno estadounidense en contra de Pyongyang.
Con información de Voz de America