El usurpador Nicolás Maduro, pese a que cuenta con sus asesores y “estrategas” cubanos, cometió el error de levantarse de la mesa de negociación en Barbados, no asistiendo esta semana al encuentro, y además cayó en otro error: plantear que el esquema de negociación que se ha llevado hasta el momento, ahora debe ser cambiado.
El Político
Las consecuencias de este error van a verse bastante pronto, y al dictador le quedaría una carta, la represión, la cual al ser utilizada, también tendrá consecuencias.
Todo este panorama ocurre cuando los negociadores de Nicolás Maduro sabían que el presidente norteamericano, Donald Trump impondría nuevas sanciones, y además en un espacio donde los delegados del presidente interino, Juan Guaidó le habían advertido al dictador al inicio de las negociaciones que el tiempo no era infinito. Entretanto, la comunidad internacional viene advirtiendo que al extenderse la crisis, la gran cantidad de migrantes venezolanos desestabilizarán toda la región.
Pese a que vino la Orden Ejecutiva de Trump, y que vinieron sanciones previas, tanto el dictador Nicolás Maduro como también el canciller Jorge Arreaza afirmaron que no se pararían de la mesa. Sin embargo, sucedió y ahora están hablando de un terrorismo económico, anunciándose además “las respuestas” que dará el régimen a todos aquellos que apoyen las medidas impuestas por el Gobierno norteamericano, que no será otra sino “guerra a los traidores”.
John Bolton fue el que encendió la pólvora, pues declaró que Maduro no estaba siendo serio en las negociaciones y que lo que estaba era ganando tiempo, siguiendo así las recomendaciones dadas por Cuba, y es que Bolton sabe que lo que está haciendo Maduro es extender todo hasta los últimos meses del año, para complicarle todo a Juan Guaidó. De igual forma sabía que el dictador lo que quería era que los diputados chavistas volvieran al Parlamento para aliarse con un grupo opositor y liquidar al presidente interino venezolano.
Viene lo otro, que se exige que las elecciones tienen que ser sin Maduro, y que de ello no hay discusión, se produce la reacción del dictador y “sin romper la mesa”, dice que no asistirán, argumentando que todo esto es por las sanciones norteamericanas.
Con este hecho el dictador quedó expuesto, y se evidencia que la tranca es porque Maduro no cede. Ahora si regresa a la mesa, ¿cómo lo justificará? Mientras, los rusos afirman que volverá y los chinos señalan que la vía debe ser negociada. Guaidó también señala que tarde o temprano volverán a sentarse. Guaidó se fortalece ante el mundo y ante Venezuela como responsable, y queda evidenciada la mala fe de Maduro.
Noruega afirmó que las reuniones volverán a retomarse si a la partes lo aceptan. El punto que está sobre la mesa es “Maduro fuera del poder”, por lo que vale la pena preguntarse ¿Si Maduro regresa, es que admite que este punto sea discutido?
Hay otro punto ya anunciado por Maduro y por Diosdado Cabello que es la represión. El segundo hombre más poderoso del régimen ve a Guaidó disminuido, pero no es así, cuenta con una fuerza internacional, la misma que se puso en evidencia esta semana.
El hecho de no asistir a Barbados, deja en evidencia al dictador y sus intenciones; entonces nos preguntaríamos: ¿Maduro cometió un error al no asistir a la mesa de negociación?.
Fuente: Al Navio