Son muchas las razones por las que la cubana Yaquelín Vera no ha logrado conciliar un sueño profundo durante los cuatro años que ha vivido en Trinidad y Tobago como refugiada de Naciones Unidas, según publicó Radiotelevisionmarti
El Político
Los problemas son muchos, entre los que destacan las vicisitudes propias de la cotidianidad de un país que repele al extranjero, las ansias por el día del reasentamiento en un tercer país, que no llega, pero sobre todo la salud de su hijo Erick Reyes "Cuco", de 20 años.
Yaquelín cuenta que le partía el alma "verlo retorcido en el piso por los dolores abdominales y yo sin poder hacer nada"
Comentó que Cuco, desde hace muchos años, sufría los efectos y dolores producidos por una hernia umbilical, que en Trinidad y Tobago nunca se pudo operar.
“En Trinidad solo podemos asistir como refugiados a un hospital público, un turno médico puede demorar años, imagínate una operación”, dijo la mujer que en más de una ocasión ha protagonizado manifestaciones de protesta frente a la sede de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, en reclamo de los beneficios que le corresponden y el reasentamiento.
Sin embargo, agregó que la noticia de que el buque hospital USNS Comfort de la Armada de Estados Unidos había emprendido una misión por varios países de las Américas para colaborar con la atención médica de refugiados y nativos en la región, y que llegaría a Trinidad y Tobago el 4 de septiembre, la "llenó de esperanza”.
“Sin perder tiempo, llené los formularios en internet, pedí para mis otras dos hijas y para mi mamá, pero solo aceptaron a Cuco, quizá por capacidad”, explicó Yaquelín, que asegura que su hijo fue el único paciente cubano atendido durante la misión del buque hospital en Trinidad.
Por fin llegó el día, no lo podía creer, su hijo sería operado en el Comfort, anclado en el Golfo de Paria, a tres millas del puerto de Brighton, en la zona de La Brea, presto a auxiliar a entre 500 y 700 personas diariamente, la mayoría refugiados venezolanos.
Dijo que una lancha de la armada trinitense los trasladó hasta el Comfort. Una vez a bordo, Yaquelín quedó impresionada.
Lo cierto es que Yaquelín pasó tres días en la embarcación al lado de su hijo. Pero lo que nunca reveló es que entre sus pertenencias llevaba una bandera cubana.
“Me motivó a llevar la bandera el sentir, saber que una vez dentro de ese buque estaba pisando territorio americano. Me sentí libre y con la protección que un refugiado anhela como ser humano”, sentenció Yaquelín con la voz entrecortada, porque dice estar segura que por primera vez un cubano civil desplegaba la insignia nacional de su país abordo del buque hospital Comfort, de la marina de guerra de EEUU, que comanda el capitán Charles Cather.
Comentó que se trató de "un gesto de agradecimiento por los servicios prestados a mi hijo, que de una vez y por todas lo libraron de los tormentos que padeció por mucho tiempo a causa de una enfermedad que en Trinidad , simplemente, no tenía cura inmediata”
Con información de: Radiotelevisionmarti