Gane o pierda en las próximas elecciones, atrás quedó el empresario despreocupado que hacía negocios buenos y no tanto, aparecía en shos de TV y amaba retratarse con lindas mujeres.
El Político
El presidente Donald Trump tiene mucho en juego en 2020. Si pierde, no reanudará silenciosamente su estilo de vida despreocupado, aunque con millones de nuevos seguidores en Twitter. Será perseguido por grandes facturas legales mientras evita las investigaciones criminales en múltiples jurisdicciones.
¿Pero y si gana?
Las elecciones están a más de un año de distancia, su posible juicio político sobre el creciente escándalo de Ucrania está lejos de resolverse y, sí, numerosas encuestas muestran que el presidente compite con todos sus probables oponentes demócratas. Pero los políticos impacientes ya están jugando un escenario que se está endureciendo en la sabiduría convencional: Trump es acusado por la Cámara, absuelto por el Senado y reelegido el 3 de noviembre.
La perspectiva de cuatro años más ya ha capturado la imaginación febril de los demócratas y los republicanos que nunca han triunfado. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, predijo: "La reelección de Donald Trump haría un daño irreparable a los Estados Unidos". Incluso los propios partidarios del presidente imaginan a un titular envalentonado que pulveriza las normas políticas con vigor, para seguir los puntos de vista y los métodos audaces de acción, muchos de los cuales sorprenden y el mundo nunca ha visto.
El propio Trump no dice mucho sobre cómo sería realmente un segundo mandato. Las agendas legislativas con guión no son como él funciona. Aún así, si su primer mandato nos ha enseñado algo, Trump sería cualquier cosa menos unificador. De hecho, la guerra civil que el presidente ha predicho bien podría ser visible entre las multitudes hostiles que se enfrentarían en un centro comercial.
¿Después de esto? ¿Qué haría un Trump magullado pero desarmado con su capital político? ¿Qué aportaría una enfurecida oposición demócrata que ya no tendrá?
Es posible que resurja el audaz empresario, o se muestre un mejor politico, más conocedor de las rutas extrañas del poder. Respuestas que sólo puede dar la máquina del tiempo.
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