Este domingo los españoles han saldado cuentas. Las elecciones plebiscitarias a las que Pedro Sánchez abocó al país en un intento de reforzar sus aspiraciones han sido un fracaso. El escenario que arrojan los comicios es endiablado, informó El Mundo.
El Político
La reportera Marisa Cruz reseña que las urnas castigaron al PSOE aunque siga siendo la primera fuerza; pasan una gravosísima factura a Ciudadanos, que queda al borde de la desaparición, y premian muy generosamente a Vox. El PP mejora pero queda muy lejos del listón de los 100 escaños, y Unidas Podemos con sus confluencias pierde oxígeno y apenas salva algunos de sus muebles.
La revancha de los electores deja sin embargo en el aire la formación de Gobierno, más difícil si cabe que tras el 28-A: ni el bloque de la izquierda -PSOE, Unidas Podemos y Más País- ni el de la derecha -PP, Ciudadanos y Vox- tienen fuerza suficiente para instalarse en La Moncloa. Los primeros suman 158 escaños y los segundos 152. En votos han quedado empatados con una ligerísima ventaja en favor de la derecha.
La ciudadanía impone de nuevo a los principales líderes el castigo de negociar. Repítanlo 1.000 veces: Hay que pactar, hay que desbloquear el país.
Y en ese diálogo el plan más claro pasaría por la fórmula de la gran coalición. Socialistas y populares juntos garantizarían la gobernabilidad arrinconando a los extremos. No es, sin embargo, un escenario fácil. Sánchez y Casado lo han descartado durante la campaña y, además, el ascenso meteórico de la derecha radical de Santiago Abascal, consolidada como tercera fuerza política, es una razón que pesa como una losa sobre el líder del PP para no dejar libre el liderazgo de la oposición.
A pesar de todo, cualquier otra combinación o no llega o requiere de la conjunción de las más diversas fuerzas, incluidas las de corte independentista. En definitiva, una fórmula frankenstein.
La apuesta por la repetición de las elecciones le ha salido mal a Pedro Sánchez. El líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones urgió a los ciudadanos a hablar “con más claridad” a su favor y no lo ha logrado. El sueño de rozar los 150 escaños que insistentemente le susurraban los gurús de La Moncloa al oído no se ha cumplido. Peor aún, los socialistas han perdido fuelle. El 28-A consiguieron 123 escaños y ahora se han quedado con 120. Su pérdida de votos se cifra en más de 700.000. Pese a todo, Sánchez se dirigió anoche a los suyos alzando la bandera del triunfo y prometiendo un Gobierno “progresista” liderado por él. Nada en sus palabras indujo a pensar que ha abandonado la esperanza de conseguir la abstención del PP.
Su “socio preferente”, Unidas Podemos con sus confluencias, también pierde fuerza. El 28-A sumaba 42 escaños ahora sólo 35. Su escisión, Más País, liderada por Íñigo Errejón, y coaligada en su estreno con Compromís, sólo ha logrado tres escaños.
En total, el trío de fuerzas de izquierda suma sólo 158 escaños. Sánchez, en el hipotético caso de superar su desconfianza hacia Pablo Iglesias y cerrar un acuerdo con él, seguiría necesitando de todo un abanico de pequeñas fuerzas y del apoyo de parte del secesionismo para poder formar Gobierno.
Fuente: El Mundo