Venezuela consiguió con artimañas una silla en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El informe elaborado recientemente por la oficina de la Alta Comisionada Michelle Bachelet, que detallaba con crudeza violaciones a los derechos humanos, detenciones ilegales, torturas y asesinatos por el régimen de Nicolás Maduro, no impidió que la voluntad de 108 países concediera uno de los 47 puestos en el olimpo de los derechos humanos.
El Político
La ONG UNWatch inició una campaña para expulsar a Maduro del Consejo de derechos humanos presidida por Diego Arria (Caracas, 1938), exembajador de Venezuela en la ONU, que conversó con ABC para explicar en qué consiste esa acción.
¿Qué consecuencias tiene la elección de Venezuela como miembro del Consejo?
- Desprestigia a las Naciones Unidas porque, ¿cómo es posible que un régimen que comete sistemáticamente violaciones a los derechos humanos puede entrar al organismo que debe tutelar y vigilar dichas violaciones? Esto no favorece a la tiranía de Nicolás Maduro, porque no puede limpiarse dentro del Consejo el prontuario criminal que indica la propia Alta Comisionada. Yo creo que fue un error que Venezuela presentara su candidatura porque esto ha generado tal indignación mundial que nos ha llevado a crear una campaña para expulsarla del Consejo.
¿Por qué países como Venezuela, Cuba, China y Arabia Saudí están en el Consejo?
- Anteriormente se necesitaban dos tercios de los votos para ser miembros del Consejo, eso lo cambiaron y ahora se necesita la mitad. Dos terceras partes eran imposibles para un país como Venezuela o Cuba, que hoy ocupan un lugar. Yo encuentro algo muy perverso dentro de la ONU: los grupos regionales. Venezuela pertenece al Grulac (Grupo latinoamericano y del caribe), con 35 países. Dentro del grupo hay un mercadeo de posiciones: te apoyo en el Consejo de Derechos Humanos y te doy a cambio mi apoyo en el Consejo de Seguridad o en la FAO. Ese mercadeo político lo sufren los países democráticos que tienen a los otros dentro de esos organismos.
¿Tuvo razón Estados Unidos en 2018 cuando abandonó el Consejo porque “esa organización no merece ese nombre”?
- Sí y no. Teníamos una posición para que no se retiraran porque desde adentro pueden ayudar más a la causa, pero había un problema ético de, ¿por qué vamos a pertenecer a una organización amoral como esta?
Está presidiendo una iniciativa internacional junto a UN Watch para sacar a Maduro del Consejo.
- Cuando sucedió la votación yo dije “Aquí no se ha perdido la guerra solo se perdió una batalla”. UNWatch, una gran defensora de Venezuela en el Consejo, inició una campaña para suspender a Maduro del organismo. Al día siguiente, me ofrecieron presidirla.
¿Cuántas firmas se necesitan para que salga adelante?
- No se necesita un número en específico. En el fondo lo que quiere generar es una opinión pública sobre todo en aquellos países que se han acomodado al voto de Venezuela por desconocimiento o por negociaciones para que cambien su voto. Teóricamente tenemos que cambiar los votos de diez países para que Costa Rica (el otro candidato) pueda ganar. Venezuela obtuvo 105 votos y Costa Rica 96 en las pasadas elecciones. Lo más importante es que si generamos el respaldo suficiente para suspender a Maduro, eso sería el equivalente a la fuerza para revocar la credencial de su gobierno en la ONU. Así quedaría desplazado de todos los organismos internacionales.
¿Cuentan con el respaldo del Gobierno de Juan Guaidó?
- No, ha llamado mi atención que deberían ser los primeros que debían firmar la campaña era la Asamblea Nacional. Pero ni una palabra, lo cual te indica lo divididos que estamos porque toman distancia de una organización internacional que nos está ayudando. Es la misma distancia que han tomado con Luis Almagro porque decía cosas incómodas.
¿Qué persiguen ustedes con todo este esfuerzo?
- El objetivo es unificar a la diáspora venezolana. Para mí es el componente más importante de la reserva internacional del país, que hasta ahora ha sido parcelada por los partidos políticos quienes han exportado sus problemas internos. El fin es el rescate de la libertad y eso es el elemento en común que debe unificar a los venezolanos, no el interés particular de cada partido. Afuera no debe haber protagonismo de nadie.
¿Cómo ve el futuro de Venezuela?
- Para mí el futuro sin la diáspora será imposible. La diáspora venezolana es la principal agencia humanitaria que tiene Venezuela, son 2.500 millones de dólares, la de Cuba representa 6.000 millones. Hay gente que come o que tiene medicinas gracias a la diáspora. En el caso de los venezolanos, los que están fuera hacen mucho más que lo que están adentro. No se ha sabido apreciar el rol de la diáspora.
Se planteó una ruta para llegar a unas elecciones y ahora parece que cambió…
- Guaidó no se debería poner una camisa de fuerza con respecto al uno, dos, tres (refiriéndose al cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres). Cuando uno va a negociar uno no puede anticipar cosas. Yo en el fondo creo que están en una especie de gobierno de transición porque se ha oficializado la cohabitación de dos gobiernos donde hay negociaciones para ir a unas elecciones presidenciales.
¿Parte de esa cohabitación en la inclusión de los diputados oficialistas que se habían retirado del Parlamento?
- Eso es el resultado de las negociaciones entre Guaidó y el Gobierno de Maduro. El gobierno interino los aceptó y está negociando con ellos un nuevo Consejo Nacional Electoral. Eso va a tener una pésima receptividad en el país porque cuando hay falta de credibilidad y transparencia las sociedades no se activan.
¿Son posibles unas elecciones libres con Maduro en el poder?
- Yo debo recordar que el año 2017 cuando tuvimos la oportunidad de formar un nuevo Consejo Nacional Electoral por tener mayoría en la Asamblea, el partido de oposición Un Nuevo Tiempo retiró a sus diputados y sabotearon la votación. Eso fue un error monumental porque desde hace dos años hubiésemos tenido un nuevo CNE. Esos mismos ahora son parte del gobierno que está eligiendo un nuevo órgano electoral. Estados Unidos, la OEA y la UE han dicho que sería un despropósito tener una elección con Nicolás Maduro pero ahora el gobierno interino parece aceptarlo.
¿A qué se debe el distanciamiento reciente entre Venezuela y el mundo?
- Hemos reconocido que solos no podemos y estamos abandonando a los que nos pueden ayudar. Yo veo un golpe de Estado contra Guaidó desde el momento en que no lo juramentó el Parlamento, sino que se tuvo que prestar juramento él mismo, con lo cual tuvimos que explicarle al mundo lo que estaba pasando porque nadie lo entendía. No contentos con eso el verdadero presidente ejecutivo es Leopoldo López desde la Embajada de España y Juan Guaidó quedó para su rol de diputado y de portavoz del Parlamento.
Fuente: ABC