El ex ministro de Educación y Obras Públicas y ex timonel del PPD Sergio Bitar recibirá el premio nacional del Colegio de Ingenieros por su contribución al desarrollo del país. La distinción anual, que otorga el colegio de la orden a uno de los suyos desde 1992, tomó por sorpresa a este ingeniero civil, que ha dedicado la mayor parte de su vida a la política. Bitar dice que el premio le ha permitido reflexionar sobre la confluencia de ambos mundos, más aún ahora, en que, como refleja la encuesta CEP dada a conocer el viernes 19, hay una alta desaprobación ciudadana a la forma en que la clase política y el gobierno están haciendo su labor. "La política tiene mucho de construir puentes y de saber encauzar las aguas de los movimientos sociales", dice. Y agrega que "si uno contiene mucho tiempo las aguas y no hace cambios, se desborda y se inunda. Si se encauzan mal las aguas, los resultados son pobres".
Si seguimos su analogía, el respaldo del 15% al gobierno de la Presidenta Bachelet reflejado en la encuesta CEP ¿significa que hubo un mal encauzamiento de las demandas sociales?
En unos años más, el sentido de las reformas va a tener un gran apoyo. Las principales observaciones que se pueden hacer al gobierno es que las orientaciones estratégicas tienen que ir acompañadas primero de un diseño más preciso, de un análisis de su viabilidad y ejecutarse a un ritmo que permita irlas materializando. Si uno dispara expectativas, nunca va a poder cumplir, y creo que materias como la reforma educacional, especialmente la gratuidad universal, que es un noble propósito, no es compatible con las realidades concretas. Creo que el diagnóstico que hizo el equipo que se instaló en la comisión de programa de la Presidenta, porque no hubo la participación que debió haber existido de los partidos, de los independientes, de los expertos y de las consultas ciudadanas, llevó a una mayor radicalización del programa de lo que era viable de ejecutar. A eso se sumó que durante el gobierno hubo un planteamiento creciente de sectores a la izquierda de la Nueva Mayoría que pedían lo imposible y que empujaron por caminos que empezaron a contradecir el sentimiento de los sectores amplios del centro y de las capas medias. Ese factor también ha afectado la aprobación. A eso se agrega la cantidad de escándalos que ocurrieron con la relación entre la política y el dinero, que hace que la pérdida de legitimidad institucional esté afectando la popularidad no sólo del gobierno, sino que la aprobación de todos los partidos, todas las coaliciones, el Parlamento y las organizaciones del Estado.
La CEP sale en un momento en que hay un debate interno en la Nueva Mayoría sobre la proyección de la coalición. ¿Cree que los malos resultados obtenidos por el gobierno van a acentuar ese debate?
Sin duda, un gobierno que tiene problemas de aprobación no retiene. Algunos ya se han salido, como Revolución Democrática, y otros grupos pequeños, como los que representan el senador Alejandro Navarro o el diputado Sergio Aguiló ya han dado señales en esa línea. Se va a conformar a la izquierda de la centroizquierda un nuevo frente político a partir de grupos y personas que hasta ahora estaban muy dispersos. Eso crea un desafío bastante grande a la centroizquierda de reposicionarse y recolocar un proyecto potente que sea mayoría.
Hay sectores de la DC que también han mostrado esta desafección de la coalición, en particular por la convivencia con el PC. ¿Cree que también va a acentuarse la fuga hacia la centroderecha?
La actual coalición gobernante es la más amplia que ha tenido Chile en su historia. Por lo tanto, al ser más amplia, hay más tensiones entre unos sectores y otros. Creo que la estrategia de los que tienen una visión de lo posible en el ámbito del progresismo es mantener esta coalición, hacer todos los esfuerzos por centrarse en un programa en que todos coincidan en lo fundamental, de que hay que continuar procesos de ajustes de las reformas hechas, abordar temas nuevos, mejorar la gestión y estar más cerca de las preocupaciones de sectores que se han sentido descuidados o no consultados. Para tener mayoría es indispensable una coalición de centroizquierda. Hay atractivas posiciones de izquierda maximalistas, pero sabemos históricamente que esas posiciones no son capaces de gobernar. Y cuando están dirigidas por iluminados que ponen por delante la lucha contra la centroizquierda en vez de la lucha contra la derecha, terminan entregándole el gobierno a la derecha. Tenemos que tener cuidado en ese punto.
A un año y medio de la elección presidencial, el escenario que reflejó la última encuesta CEP es desfavorable para el ex Presidente Lagos, ¿están las condiciones para que el ex mandatario decida lanzar su candidatura?
No estoy de acuerdo con que fue desfavorable para Lagos. Esta encuesta parece ratificar que las fuerzas dominante van a estar en torno a Piñera y Lagos. Por el lado de la derecha, es cierto que se ve a Piñera prácticamente sin competencia, con un 20% de quienes creen que va a ganar y quienes les gustaría que ganara, pero con un 60% o 70% de personas que no han decidido. En la Nueva Mayoría es donde hay más dispersión, pero una vez que la Nueva Mayoría vea que su desafío no es una discusión en su seno, sino definir quién está en mejores condiciones de elaborar un programa que triunfe sobre la derecha, pienso que las dificultades se van a ir despejando. Yo creo que Lagos es el que está mejor posicionado y el que está en mejores condiciones de hacerlo bien, pero Lagos tiene que sortear algunos obstáculos.
Entre los obstáculos que debe sortear está el alto nivel de rechazo que tiene el ex Presidente Lagos…
Hay que entender que las elecciones no se hacen entre personas ideales, se hacen entre las personas que están, y todas tienen rechazo. Pero el porcentaje que observé de aprobación-desaprobación de Piñera y Lagos, en esta encuesta es muy parecido. De manera que no creo que haya ahí inconvenientes. Creo que las dificultades a sortear son otras. Primero, tiene críticas de la izquierda. Yo creo que la izquierda más sensata tiene que entender que hay que ver cómo se gobierna bien y se ganan mayorías. Eso se hará en una discusión en torno a un programa y en el contacto con la ciudadanía. Segundo, tiene una reacción crítica de muchos jóvenes. En ese sentido, tiene que ser una candidatura muy involucrada a la juventud y que sea un vehículo de ingreso de generaciones nuevas a la política. Tercero, tiene que resolver un problema complejo, que es superar la débil aprobación del gobierno, siendo una candidatura de la Nueva Mayoría, por lo que no puede rechazar lo que comparte respecto del sentido correcto de las reformas.
¿Usted ya llegó a la convicción de que Lagos es la mejor carta presidencial del oficialismo?
Visto hoy, eso es lo que aprecio. Ahora, si uno se pone en contextos ideales, naturalmente mi deseo es que vayan surgiendo muchos liderazgos nuevos. No es el mejor escenario para el futuro de Chile que las dos cartas mejor posicionadas sean ex presidentes, pero la ciudadanía parece apuntar en esa dirección a la luz de los datos que están surgiendo en sucesivas encuestas, más experiencia para gobernar.
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