El gobierno del presidente interino de Brasil, Michel Temer, confía en conseguir un amplio apoyo en el Senado para la destitución de la ya suspendida mandataria Dilma Rousseff.
Rafael Rodríguez / El Político
El Congreso negó ante la la Organización de los Estados Americanos ( OEA ) que hubiera irregularidades en el juicio político contra Rousseff, cuya última fase se inicia mañana y debería tener su desenlace la próxima semana.
Dilma será definitivamente retirada del poder si la moción por la destitución debe contar con el respaldo de una mayoría de dos tercios de la Cámara alta, o sea 54 de los 81 senadores. Y pese a que no todos los legisladores expresaron su opinión, el gobierno interino estima que superarán con holgura ese umbral.
"Debemos tener entre 60 y 63 votos a favor del juicio político. Siendo conservador, debemos tener 61 votos", señaló el jefe de Gabinete, Eliseu Padilha, a la Radio Estadão.
Solo 48 senadores han hecho pública su intención de voto por el impeachment hasta el momento, y 19, en contra.
Los resultados positivos de los juegos olímpicos de Río parecen haber fortalecido la imagen de Temer. "El balance de los Juegos fue altamente positivo. Hicimos mucho con poco dinero y mostramos que el brasileño es responsable y acogedor", señaló Padilha.
Con información de La Nación