China ha vuelto a sonar la alarma por el nuevo coronavirus. Las autoridades del gigante asiático han dado por estabilizada la situación en Wuhan, pero, cuando todo parecía bajo control, han descubierto nuevos casos en la ciudad fronteriza de Harbin. El Gobierno se ha visto obligado a imponer medidas de protección estrictas como la prohibición de la entrada a la ciudad para contener el nuevo brote.
El Político
"Todos los casos confirmados, casos sospechosos, contactos estrechos de personas asintomáticas y contactos estrechos de contactos estrechos deben estar en cuarentena y someterse a prueba", declararon las autoridades locales. Además, ni los residentes de otras ciudades ni los coches registrados fuera de la ciudad podrán entrar a partir de ahora a las zonas residenciales de la urbe. Al mismo tiempo, medios locales señalan que todos los residentes están siendo obligados a portar en todo momento un código QR para confirmar que no están infectados.
Las restricciones han sido implementadas después de que el número de casos positivos en la localidad creciera significativamente. Las investigaciones apuntan a que un ciudadano de 87 años ha infectado a 78 personas tras recibir asistencia médica en dos hospitales. Entre los contagiados están miembros de su familia, otros pacientes de estas clínicas y personal médico.
El Ministerio de Salud de China ha registrado este viernes cuatro nuevos casos de coronavirus de transmisión local, tres de ellos en la provincia de Heilongjiang y el otro en la de Cantón, además de dos positivos importados. Por quinto día consecutivo, este jueves no se ha producido ninguna muerte por coronavirus, por lo que la cifra total se mantiene en 4.632, mientras que el número de contagios se ha elevado a 82.804. China continental ha registrado hasta el momento un total de 1.618 casos importados. De ellos, 823 han sido dados de alta y 849 siguen en tratamiento médico, con 32 casos graves.
Fuente: lainformacion