Inovio, la empresa de inmunoterapia de Estados Unidos informó que su vacuna experimental para evitar el COVID-19 -enfermedad que produce el coronavirus de Wuhan- creó anticuerpos y respuestas inmunitarias en ratones y cobayas.
El Político
El doctor David Weiner, director del centro de vacunas e inmunoterapia del Wistar Institute y colaborador de Inovio Pharmaceuticals Inc. informó “Detectamos respuestas de anticuerpos que hacen muchas de las cosas que querríamos ver en una vacuna”, indicó Reuters.
El pasado mes de abril Inovio comenzó con las pruebas en humanos de su vacuna, en esa ooortunidad indicó que los resultados preliminares se conocería en junio.
En la primera fase del ensayo clínico participaron 40 individuos sanos, quienes recibieron dos dosis de la vacuna llamada INO-4800, con cuatro semanas de diferencia, y las dos semanas siguientes quedaron bajo observación.
Por su parte, la doctora Katherine Broderick, jefa de investigación y desarrollo de Inovio destacó, “Ya estamos revisando los datos sobre la seguridad sanitaria y han sido benignos. Algunas personas presentaron un ligero enrojecimiento en el brazo”.
Asimismo, Broderick señaló que cuando los datos preliminares sean examinados, Inovio contactará a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para pedirle autorización para pasar a la segunda y tercera fase de ensayos clínicos, lo que podría ocurrir en julio o agosto.
Hace poco, Inovio publicó un estudio sobre animales en la revista Nature Communications, en el mismo informaban que valida su plataforma de fármacos basados en ADN, y refuerza datos de ensayos clínicos positivos anteriores de su vacuna experimental para un coronavirus diferente -no el COVID-19- que provoca el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio.
Otro dato que dieron los investigadores es que esa vacuna y la fórmula INO-4800 se desarrollan empleando una tecnología nueva que utiliza genes específicos ubicados en la porción externa “más alta del virus.
Broderick explicó que el próximo paso es probar la vacuna en animales más grandes como conejos y monos, y someterla a estudios “desafiantes” en ratones, hurones y monos, el objetivo es intencionalmente inocular el virus en animales y luego ver si la vacuna impide la infección.