La crisis en Venezuela ha llegado a un punto en que cualquier cosa puede pasar. Inclusive no se descarta el estallido social, aunque de esto se viene hablando desde hace mucho tiempo.
Juan Carlos Zapata / El Político
Sin embargo, dos elementos contribuyen al detonante. El coronavirus ha paralizado la economía agravando la situación social. Y la escasez de gasolina que deja al descubierto el fracaso total del chavismo y el régimen de Nicolás Maduro al destruir la industria petrolera, reportó el periodista Juan Carlos Zapata de AlNavío.
El Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, parece tener claro el escenario de gravedad. Por eso la UE se moviliza. Y busca fondos para ayudar a los países de la región afectados por el éxodo venezolano que suma más de 6 millones de personas.
Borrel considera que la situación de Venezuela entraña un terrible riesgo para la estabilidad de la zona. Para América del Sur. Colombia, Perú, Ecuador y Chile son los países más impactados por el éxodo. Y son países cuyas condiciones políticas, económicas y sociales, no son las mejores. Estas condiciones se han agravado con la llegada del coronavirus.
Hay expectativas en la región. Presidentes y analistas coinciden con el riesgo que representa la ola masiva de venezolanos. Miles han quedado prácticamente a la intemperie, sin ayuda. Los Estados ahora menos cuentan con estructuras sanitarias y fuerza económica para brindarles atención.
Otros miles han preferido regresar a Venezuela, donde las condiciones tampoco han mejorado, por el contrario, han empeorado.
Pero Borrell tiene un plan. Y el plan comienza con la conferencia de este martes 26 para recabar fondos. Es una forma de Europa de ponerse a la cabeza de una iniciativa que va más allá de la búsqueda de recursos. Ganar en credibilidad y así contribuir a la solución de la crisis en Venezuela. El plan consiste en 4 fases.
Primero, la iniciativa de recabar fondos para apuntarse puntos de credibilidad en la región.
Segundo, proceder también con ayuda hacia Venezuela. Ayuda humanitaria urgente. Pues la situación se agrava. Borrell teme un “chispazo”, según le declaró a El País. Un chispazo es lo que se entiende por estallido social. Si ocurre, las consecuencias son impredecibles.
Tercero, Borrell le reconoce al diario que hay que entrar en contacto con el régimen de Nicolás Maduro para ver de qué manera se canalizan algunos de los recursos para paliar la crisis humanitaria. Borrell admite un hecho práctico: Es Maduro y no Juan Guaidó -a quien reconoce la UE como Presidente Interino- el que aun tiene el control de las instituciones del país.
Cuarto, hecho lo anterior, y dada la gravedad de la situación, sigue en línea la opción de “relanzar el diálogo político”, señala. Al menos intentarlo, aunque admite que “no parece que haya una solución a corto plazo”.
Fuente: AlNavío