Mientras se acumulan los muertos por coronavirus, más de 6.000 en Río de Janeiro y los 55.000 que acumula el país, desde el 10 de julio se abrirán las puertas de las canchas para el público.
El Político
Sin duda la gente irá al estadio y desafiará una vez más al coronavirus asesino. El fútbol es el alma del brasileiro, más importante que el carnaval o la música, pero los datos indicar que sería mejor si ven los partidos en sus casas.
Río de Janeiro es el segundo municipio de Brasil más afectado por el Covid-19 después de San Pablo y, según el último boletín divulgado por la Secretaría de Salud regional, el virus mató a al menos 6.366 personas y dejó 55.286 casos positivos en la ciudad carioca dentro un marco mucho peor: a este sábado, el país hermano suma más de 1.310.000 casos y 57.000 muertes por el nuevo coronavirus. Así y todo, no sólo volverá el fútbol sino que también se lo piensa con público para dentro de muy poco.
El campeonato carioca libera los estadios
La Alcaldía de Río de Janeiro liberó la presencia de público en los estadios de fútbol de los equipos que participan en el Campeonato Carioca a partir del próximo 10 de julio. En un decreto publicado en el Diario Oficial del municipio, la Alcaldía carioca anunció que los estadios estarán autorizados a recibir una tercera parte de su capacidad de aficionados, con un distanciamiento de 4 metros cuadrados por persona y con la venta de entradas on line. El decreto, que está sujeto a alteraciones, no especifica cómo se realizará el distanciamiento de 4 metros cuadrados entre los hinchas.
El Campeonato Carioca, torneo regional del estado de Río de Janeiro, se convirtió el pasado 18 de junio en la primera competición deportiva profesional de Sudamérica en volver a la actividad tras el paro causado por la pandemia del coronavirus, con un partido que disputaron el campeón de la Libertadores, el Flamengo, y el Bangú, en el estadio Maracaná. El regreso del torneo estuvo marcado por la polémica, ya que dos de los cuatro mayores clubes de Río de Janeiro, Fluminense y Botafogo, cuya vuelta estaba prevista para el lunes 25 de junio, se oponían a retomar las actividades en plena pandemia y acudieron a la Justicia para no jugar al menos hasta el mes de julio.
Con la medida, el Maracaná podrá recibir hasta 22.000 personas por partido, en el Nilton Santos podrá haber unas 14.000 y en Sao Januario, 7.000, para tener referencias.
El decreto también establece que a partir del 1 de agosto se permita a los estadios recibir 2/3 partes de su capacidad de público, y a partir del 16 de agosto, la previsión es que no haya más restricciones.
Con información de Clarin