La xenofobia es la principal causa de la violencia, según un estudio de Cambridge que vincula muertes violentas con migración.
El Político
Un estudio sobre la criminalidad en Colombia revela que el aumento de la delincuencia no ha sido causado por los venezolanos, sino por crímenes violentos en contra de los migrantes.
Tomados en conjunto, estos resultados sugieren que el aumento de los homicidios cerca de la frontera documentado aquí son impulsados por crímenes contra los migrantes y han ocurrido sin un aumento correspondiente en las detenciones, lo que sugiere que algunos de estos crímenes han quedado sin resolver.
El documento investiga el vínculo entre el crimen violento y la inmigración utilizando datos de municipios colombianos durante el reciente episodio de inmigración de Venezuela
La clave el hallazgo es que, luego del cierre y la reapertura de la frontera en 2016, que precipitó una ola de inmigración masiva, los homicidios en Colombia aumentaron en áreas cercanas a las fronteras.
Se trata de un trabajo realizado por las investigadoras Brian G. Knight y
Ana Tribin denominado Migración y crímenes violentos, evidencias en la frontera colombo venezolana.
En contraste con los temores xenófobos de que los migrantes podrían victimizar a los nativos, fueron los migrantes, en lugar de
nativos, que enfrentaban riesgos asociados con la inmigración. Usando datos de arrestos, no hay aumento correspondiente de arrestos por homicidios en estas áreas.
El trabajo elaborado en Camdridge distingue entre crímenes contra nativos y crímenes contra venezolanos, documentando que el aumento de crímenes violentos es impulsado por crímenes contra migrantes.
Este hallazgo contrasta con las opiniones antiinmigrantes que involucran crímenes cometido por migrantes contra la población nativa. Se estudiaun lapso entre 2010-2019, lo que permite un período de tiempo sustancial antes de la ola de migración.
Efectos en el mercado laboral
El documento también está relacionado con una literatura sobre los efectos en el mercado laboral de la crisis de refugiados venezolanos en Colombia, encontrando que la nueva migración perjudica principalmente las condiciones laborales de las establecidas
migrantes
El documento trae nuevos datos y un nuevo entorno a una pregunta clásica sobre la relación entre inmigración y delincuencia.
La primera pregunta de investigación involucró la relación entre migración y crimen, y el hallazgo clave aquí es que las tasas de homicidio aumentaron en áreas cercanas a la frontera con Venezuela luego del cierre y luego de la reapertura de la frontera en 2016. Por lo tanto, la inmigración de
los venezolanos están asociados con un aumento en las tasas de criminalidad en los municipios receptores.
La segunda pregunta de investigación implica abordar si este aumento en las tasas de homicidios se debe a los homicidios contra
inmigrantes u homicidios contra colombianos nativos, como podría esperarse de aquellos con puntos de vista xenófobos con respecto al crimen.
"Usando información sobre la nacionalidad de la víctima, encontramos que el aumento en la tasa de homicidios fue impulsada por homicidios que involucraron a víctimas venezolanas, sin evidencia de un aumento estadísticamente significativo en los homicidios que involucraron a colombianos nativos".
Esto es consistente con que los migrantes son víctimas y es inconsistente con las percepciones xenófobas asociadas con el hecho de que los migrantes cometan crímenes contra los nativos.
Dado todo esto, es importante, desde una perspectiva académica, dar cuenta de la nacionalidad de las víctimas al analizar el vínculo entre crimen e inmigración. Usando datos de arrestos, nosotros no encuentra un aumento correspondiente en los arrestos por homicidios en estas áreas.
En resumen la investigación detectó un aumento de homicidios en municipios cercanos a la frontera, un efecto impulsado por homicidios de un aumento de homicidios en municipios cercanos a la frontera, un efecto impulsado por homicidios de migrantes.
Durante el tiempo de Nicolás Maduro como presidente, Venezuela ha sufrido una depresión económica. Una disminución en los precios del petróleo durante 2016 contribuyó a una reducción significativa en los ingresos del gobierno, lo que llevó a una escasez sostenida presión inflacionaria y, en última instancia, episodios de hiperinflación.
A fines de 2019, debido a esta crisis política y económica, más de 4 millones de venezolanos tenían dejó su país, de una población estimada de 28 millones en 2010, lo que representa uno de las mayores olas migratorias
Dada su frontera larga y relativamente abierta, Colombia ha sido desproporcionadamente afectados, con aproximadamente 1.8 millones de migrantes venezolanos viviendo en Colombia, un país con una población de aproximadamente 50 millones, para fines de 2019.
El gobierno colombiano ha manejado este desafío situación proporcionando asistencia fronteriza oportuna, relajando los requisitos de entrada, otorgando permisos temporales, y garantizar la atención universal de emergencia (OCDE (2019)). De los 1.8 millones de migrantes, una minoría (aproximadamente 750,000) se consideran en estado legal con un Permiso Especial de Estancia (Permiso Especial de Permanencia o PEP), con la mayoría (un poco más de un millón) en situación irregular, excediendo su permitido frontera con Venezuela.