El colombiano Alex Saab, testaferro del dictador Nicolás Maduro, trató de salir de la cárcel nuevamente. No obstante, EE.UU. desarticuló el nuevo intento de sacar a Alex Saab de prisión.
El Político
Esta semana la defensa del testaferro de Maduro, Alex Saab, fue desarticulada nuevamente. Las supuestas denuncias de torturas en la cárcel de Cabo Verde no prosperaron.
El grupo de abogados encabezados por el ex juez español, Baltasar Garzón, fracasó en su intento porque las supuestas torturas no pudieron ser comprobadas, reportó Primer Informe.
Para muchos analistas este fue otro intento de Garzón para manipular al sistema judicial de Cabo Verde. Empleó una de las estrategias más oscura y cuestionable para lograr parar los trámites de extradición del testaferro chavista.
Alex Saab envió una carta afirmando, "Estados Unidos tiene a cuatro empleados nativos de Cabo Verde, que constantemente entran en su celda por la noche con capuchas y le muelen a golpes".
Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU. declaró, "Las afirmaciones de Saab de que está siendo torturado son demostrablemente falsas".
La oficina gubernamental explicó, "Está bien documentado que tanto Saab como el régimen de Maduro han lanzado una agresiva campaña de mentiras y desinformación. Esto es en un intento de influir en el proceso legal de Cabo Verde y la opinión pública internacional".
¿Con sus defensas Garzón vende el alma al diablo?
El ex juez español, Baltasar Garzón empezó a ser conocido cuando trató de enjuiciar al dictador de Chile Arturo Pinochet.
Pero es cuestionado porque sus acciones estaban en el límite de la legalidad.
Uno de sus casos más sonados fue cuando la Sala Penal del Supremo español lo justificó por sus delitos de delitos de prevaricación y contra las garantías constitucionales en el caso de las «escuchas de Gürtel».
El caso Gürtel fue una trama de corrupción que involucró a varios líderes del Partido Popular. Garzón usó procedimientos de regímenes totalitarios. Por ese motivo en el 2012 perdió su condición de juez en España.
Después de eso, Garzón se dedicó a representar como abogado privado a individuos relacionados con la corrupción chavista, como Wilmer Ruperti y Hugo Carvajal.
En 2016 lo contrató Wilmer Ruperti, para que impidiera la extradición a Estados Unidos del general Hugo Carvajal. Cobró 1.850.000 euros.
También asesoró a al ex presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, para que negociara con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Ahora peligrosos delincuentes tienen curules en el Congreso de ese país.
Otro caso que aceptó fue representar a Evo Morales, quien es solicitado en Bolivia por diferentes casos desde corrupción hasta pedofilia.
Ese es el curriculum de quien ahora defiende al capo colombiano Alex Saab.