A finales de la década de 1990, la narcoguerrilla colombiana se expande en América Latina respaldada por actividades narcotraficantes.
El Político
De acuerdo con el periodista venezolano Javier Ignacio Mayorca, especialista en criminalística, para los grupos guerrilleros el tráfico de cocaína era una fuente más de financiamiento. Una que necesitaban con urgencia a finales del siglo XX.
Con su incursión en el negocio del narcotráfico, la guerrilla se convirtió en una industria criminal muy lucrativa. Y al mismo tiempo que diversificaba sus actividades ilegales, generó un «know how», es decir, una metodología de trabajo para el delito, reportó Primer Informe.
Narcoguerrilla desatada en Colombia
Ese conocimiento aplicado al delito es lo que hace tan difícil erradicar a estos grupos, aclara Mayorca en una entrevista con el medio chileno El Líbero.
En Colombia tanto las FARC como el ELN han negociado la paz con el gobierno del ese país. En ambos casos las iniciativas han fallado.
Después, cuando las organizaciones se desmovilizan los integrantes mantienen las metodologías de trabajo, apunta, Mayorca. Y continúan trabajando con otros carteles narcotraficantes haciendo las mismas actividades relacionadas con el narcotráfico (siembra de coca, transporte, resguardo de rutas de tránsito).
Narcoguerrilla busca expandirse
Además, cuando quieren expandirse a otro territorio, la narcoguerrilla pueden vender sus metodologías de trabajo a nuevos grupos criminales. A cambio, reciben recursos o acceso a nuevas plazas.
Y para los guerrilleros es muy difícil abandonar su negocio. Ese es el caso de Iván Márquez, quien fuera jefe del equipo negociador para la paz de las FARC, Seuxis Paucias Hernández alias “Jesús Santrich”, y Hernán Darío Velásquez, alias “El Paisa”.
Desde Venezuela relanzaron al grupo terrorista y siguen controlando amplias zonas empleadas para el narcotráfico.
Peligroso «Know how»
EL ELN también ha encontrado en Venezuela un terreno amigable y prodigioso. Porque existe un mercado minero y de control del comercio ilegal que es muy atractivo..
Ambas organizaciones venden sus servicios. «Llega un momento en que la empresa de guerra requiere de tantos recursos que también están dispuestos a vender su know how», dice Mayorca.
Recuerda que lo mismo hizo ETA con las FARC. Con el apoyo del régimen venezolano, un reconocido etarra llegó hasta Colombia para impartir cursos a la FARC sobre la elaboración de explosivos. Entre ellos estos famosos morteros que se hacen con balones de gas.