La líder ultranacionalista francesa Marine Le Pen entró en campaña para las elecciones presidenciales de la próxima primavera con un ataque al exmandatario Nicolas Sarkozy, a quien acusó de "rendir lealtad" a Arabia Saudí, "el promotor mundial del wahabismo".
En su primer discurso del nuevo curso político, pronunciado ante algo menos de un millar de fieles en Brachay (noreste), Le Pen quiso presentarse a sí misma como "una mujer libre" de las ataduras que a su juicio constriñen al resto de posibles candidatos.
Entre estos rivales atacó con especial saña a Sarkozy (quien aspira a ser candidato al Elíseo si vence en las primarias de la derecha a finales de año), al denunciar que se reunió en secreto en agosto con el monarca saudí, Salmán bin Abdelaziz, en Marruecos.
"Pretende ser el campeón mediático de la lucha contra el islam radical, (pero) ha ido a rendir lealtad al promotor mundial del wahabismo", dijo.
En esa línea, Marine Le Pen -quien, según todos los sondeos, pasaría a la segunda vuelta en las presidenciales de 2017- destacó estar libre de ataduras que la vinculen "con los cataríes o los saudíes", pero también "con los bancos y multinacionales, con la Unión Europea y Alemania, que la domina".
La presidenta del Frente Nacional (FN) recuperó sus tradicionales reivindicaciones durante la alocución, de 45 minutos, como el compromiso de convocar un referéndum para la salida de la UE si es elegida jefa del Estado.
Le Pen ha mantenido una estrategia de perfil bajo a lo largo de la primera mitad de este año para no saturar a los votantes, aunque en otoño aspira a hacer oír su voz en medio de la enorme atención mediática que despiertan las primarias de la derecha, en las que quien fuera presidente entre 2007 y 2012 se presenta como favorito junto al alcalde de Burdeos, Alain Juppé.
EFE
