El pasado miércoles el presidente del Banco Mundial, David Malpass, aseguró que Latinoamérica y el Caribe pueden evitar otra “década perdida” pese al impacto del COVID-19. El funcionario se refirió a la caída económica en los años 80′ y, en ese sentido, ofreció algunas recomendaciones.
El Político
“Otra década perdida es evitable, especialmente dadas las capacidades energéticas, el turismo y la biodiversidad de la región. Algunas de las mayores ganancias en prosperidad se han producido como consecuencia de crisis”, dijo citado por la agencia AFP en nota publicada por El Espectador.
Malpass ofreció las declaraciones en un foro de las Asociaciones Andino Estadounidenses; este reúne a las primeras cámaras de comercio de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela en Estados Unidos. Durante su participación, no esquivó los “graves problemas” de la región.
RT @DavidMalpassWBG: En mis palabras a @Andean_US destaqué los graves desafíos que enfrenta #AmericaLatina y el Caribe.
La recuperación debe incluir vacunas, inversiones, regulaciones, e innovación y gobernanza para construir instituciones y transparencia.https://t.co/CDY5PqZicB— Banco Mundial (@BancoMundial) June 24, 2021
Señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) de Latinoamérica y el Caribe se contrajo 6,5% en 2020; cifra que consideró la reducción económica regional “más aguda” desde que se tienen datos confiables a partir de 1901. Los peores desempeños fueron en Perú (-11%), Argentina (-10%) y Bolivia (-9%). En la región, los niveles de deuda con relación al PIB aumentaron en unos 10 puntos porcentuales en 2020 (a 72% de 62% en 2019).
“El impacto social ha sido devastador”, subrayó Malpass. Unos 24 millones de personas perdieron su trabajo y unos 28 millones cayeron en la pobreza, según estimaciones del Banco Mundial.
La inequidad se profundizó debido a la informalidad. El acceso limitado a las vacunas anti-Covid complica aún más el panorama. Además, la desigualdad amplificó las tensiones sociales subyacentes, sobre todo en Chile, Ecuador, Perú y Colombia.
Como en los años 1980 la carga de la deuda es igualmente pesada y difícil de reestructurar. Pero “es un tipo de deuda diferente que requiere un tratamiento diferente”, advirtió Malpass.
Ahora, explicó, la deuda soberana incluye eurobonos, deuda bancaria interna, y deuda con instituciones chinas. Cada una suele tener altas tasas de interés y es posible que la negociación para nuevas fechas de vencimiento no se trate en el Club de París.
Banco Mundial destaca aspectos positivos
En medio de ese contexto, Malpass destacó los aspectos positivos; entre ellos el crecimiento reciente de Latinoamérica en sectores de alta productividad. Señala sectores como las tecnologías de la información y la comunicación, la logística y las finanzas.
“En una región que alberga tres docenas de ‘unicornios’, alrededor de media docena de países de la región pueden estar posicionados para cosechar los beneficios de la recuperación”, prometió.
Como ejemplo mencionó a Argentina, donde dijo que el PIB se redujo en 62.000 millones de dólares en 2020, pero el valor de las tres mayores empresas de tecnología (que no cuenta como PIB) aumentó en 66.000 millones de dólares.
El presidente del Banco Mundial también apuntó al comercio externo favorable a Latinoamérica y el Caribe, con la demanda creciente de China.
La región también puede aprovecharse de las tendencias de nearshoring; la reorganización de las cadenas de valor para acercar los procesos de producción a los clientes.
Importancia del sector privado
Malpass dijo que Latinoamérica debe apostar al desarrollo de la empresa privada y a superar las distorsiones que generan en el mercado las empresas estatales. A su juicio, estas últimas siguen teniendo un impacto importante (en 2018 sumaban ingresos de alrededor del 13% del PIB regional).
“Para lograr el crecimiento y el empleo sostenibles a largo plazo se requerirá un sector privado dinámico”, aconsejó. La región también necesita simplificar trámites y transparentar procesos para atraer mayor inversión extranjera directa. Pero sobre todo, dijo Malpass, la región debe expandir el comercio.
“Para Latinoamérica y el Caribe, el comercio representa el 47% del PIB; para Asia emergente, el 105%, más del doble”, alertó. “Lo más preocupante” es que la mayoría de las economías de la región “continúan concentrándose en las exportaciones de productos básicos”.
Malpass recordó que la exposición de la región a cadenas globales de valor en manufacturas solo es significativa en México, y mucho menor en Argentina, Brasil y Costa Rica.
En ese sentido, dijo, “ofrecen importantes oportunidades” acuerdos como el reciente pacto de libre comercio de Norteamérica, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC.