Según las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas (ONU), la humanidad encara un incremento exponencial de escasez alimentaria como consecuencia de la crisis climática. Y exhorta a adoptar con celeridad acciones planetarias de adaptación a los choques y tensiones climáticas.
El Político
En ocasión del Día Mundial de la Alimentación, este sábado 16 de octubre, el sitio informativo IPS recoge las declaraciones de David Beasley, director ejecutivo del PMA. Comentó: “El mundo no está preparado para un aumento sin precedentes del hambre. El cual veremos si no invertimos en programas que ayuden a las comunidades vulnerables a adaptarse y hacerse resilientes a nuestro clima cambiante”.
El Día Mundial de la Alimentación, destinado a concientizar sobre el problema alimentario, el hambre y la pobreza, se celebra desde 1979 cada 16 de octubre. Y se propone conmemorar la fundación en esa fecha de 1945 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Desde otro frente el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, recordó que “unos 3 mil millones de personas, 40 por ciento de la humanidad, no pueden permitirse actualmente una dieta saludable”.
La crisis climática golpea cada vez más fuerte y más frecuentemente, afectando a los medios de vida y a la seguridad alimentaria de la población.
En Sahel, agravado por la #COVID19, 12 millones de personas sufren hambre. #SAHELP, con apoyo de @eu_echo: https://t.co/BfQnCfvpmZ pic.twitter.com/xYh2wFBsGI
— Acción contra el Hambre España (@Acontraelhambre) January 18, 2021
El hambre: realidad que no se debe incomprender
De acuerdo con las cifras del según el PMA, el hambre se incrementó desde que se desató el Covid-19 a comienzos de 2020. Y que al despuntar 2021 lo padecían al menos 811 millones de personas.
Mientras el hambre, la subalimentación y la obesidad van en aumento, “la forma de producir, consumir y desperdiciar la comida supone una pesada carga para el planeta. Y genera una presión histórica sobre nuestros recursos naturales, nuestro clima y nuestro medio natural”, estimó Antonio Guterres.
Igualmente Qu Dongyu, director general de la FAO, recordó que el mundo produce suficientes alimentos para todos. Pero deja de aprovechar una tercera parte, pues se pierde 14 por ciento en la producción, transporte y almacenamiento. Y se desperdicia otro 17 por ciento entre el expendio y el consumo final y el abastecimiento de hogares y restaurantes.
También el papa católico Francisco dijo que “observamos una verdadera paradoja. Por un lado, más de 3 mil millones de personas no tienen acceso a una dieta nutritiva. Mientras que, por otro, casi 2 mil millones padecen sobrepeso u obesidad debido a una alimentación deficiente y una vida sedentaria”.
Al menos 47 países se alejan de la meta de ‘hambre cero’ para el 2030. Los conflictos, la crisis climática y la covid-19 empujan a un mundo cada vez más hambriento, según el Índice Global del Hambre 2021
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— EL PAÍS América (@elpais_america) October 15, 2021
Unos más vulnerables que otros
Beasley insistió en la vinculación de la crisis alimentaria con la del clima. En efecto, “grandes extensiones del planeta, desde Madagascar hasta Honduras y Bangladesh, están sumidas en una crisis climática. Que es ya una realidad cotidiana para millones de personas y está fomentando una crisis alimentaria”.
El PMA pone acento en que las comunidades vulnerables, una gran mayoría de las cuales dependen de la agricultura, la pesca y la ganadería, son las que menos contribuyen a la crisis climática. Pero se llevan la peor parte de los choques climáticos porque tienen recursos limitados para mitigar sus impactos.
Como ejemplo, en noviembre de 2020 los huracanes Eta e Iota destruyeron más de 200 mil hectáreas de alimentos básicos y cultivos comerciales en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Y más de 10 mil hectáreas de cultivos de café en Honduras y Nicaragua.
Los huracanes fueron la gota que colmó el vaso para muchas familias en América Central que llevaban años lidiando con los efectos de sequías prolongadas.
Fuente: IPS