La Comisión de Defensa del Congreso de Perú analiza exhaustivamente los procesos de compra realizados en 2014, por parte del Gobierno de Ollanta Humala, relacionados a un contrato celebrado por el Ejército, valorizado en 14 millones y medio de soles, que afectaría la estrategia de protección del Gasoducto Sur Peruano.
Maryann H. León / El Político
Los legisladores están preocupados ya que según las investigaciones las compras militares gestionadas, consisten en la adquisición de bienes para la instalación de nueve bases militares temporales.
Según información proporcionada por el congresista Clayton Galván Vento, miembro de la Comisión de Defensa del Senado peruano, estas bases temporales estarían ubicados en distintos puntos estratégicos del Vraem donde se erige el Gasoducto Sur Peruano.
La buena pro fue otorgada a la empresa colombiana Manufacturas Rosse el 2 de diciembre de 2014, durante la gestión del general EP (r) Ronald Hurtado Jiménez, entonces jefe máximo del Ejército. Luego de 20 meses, según Galván, lo estipulado en el convenio no se ha concretado.
Perjuicios
La idea de la instalación de bases temporales como medida preventiva se dio luego de que elementos narcoterroristas, en abril de 2012, secuestraran a 36 trabajadores del consorcio Camisea en Kepashiato (Cusco).
La entrega de bienes, que fue estipulada en el acuerdo -la instalación y correcta operabilidad de los módulos-, se debía efectuar dentro de los 105 días siguientes de pactado el convenio, es decir, a más tardar en marzo de 2015.
Al momento de la suscripción del contrato, Manufacturas Rosse se comprometió a entregar una carta fianza equivalente al 5% o 10% del precio total del suministro. Pero el Ejército no ejecutó esta garantía, pese a que se habrían generado “daños” y “perjuicios”, cuenta Galván.
Así las cosas, el congresista advierte que se ha “incumplido” con los plazos, por lo que denunció “favorecimientos” del comandante general del Ejército, Luis Ramos Hume, a la empresa colombiana, debido a que se acordaron hasta cinco diferentes adendas, las cuales calificó de “exageradas”.
“No es normal que el general Ramos se reúna con miembros de esa empresa y a la vez con el Comité de Recepción de la Sala Pentagonal (de uso exclusivo del comandante general EP)”, alertó Galván, para luego afirmar que se realizó más de una sesión entre ellos, siendo la última el pasado 21 de julio.
Con información de El Correo