En tiempos no muy lejanos, Rusia era un proveedor seguro de gas para Europa occidental, y quizás por eso, algunas "trastadas" del dictador Vladímir Putin, eran obviadas por los países miembros de la Unión Europea (UE).
Mario A. Beroes Ríos/El Político
Pero los tiempos han cambiado. Putin y su ejército decidieron invadir a la vecina Ucrania, desatando una crisis mundial, que atrapó a todos los países que conforman esto que llamamos La Tierra.
La dependencia energética de Europa, no solo de la Federación Rusa, sino de cualquier fuente, constituye el talón de Aquiles de este continente.
Ahora que hay una guerra entre Rusia y Ucrania, cuáles son las alternativas de Europa para satisfacer su demanda de gas natural ante las medidas de bloqueo anunciadas contra el régimen de Putin, y también, la repercusión que tales alternativas tendrían sobre los precios.
El gas ruso
Datos de Eurostat y del Grupo Internacional de Importadores de Gas Natural Licuado (GIIGNL), la Administración de Información sobre la Energía (EIA) del Gobierno de EE. UU. estima que, en 2020, las importaciones de gas natural, tanto por gasoducto como por barco en forma de gas licuado (GNL) representaron más del 80 % del suministro de dicho hidrocarburo a los veintisiete países miembros de la Unión Europea (UE-27) más el Reino Unido, frente al 65 % de hace tan solo una década.
En el transcurso del citado año, el gas natural importado por gasoducto representó el 74 % del total de las importaciones y el GNL el 26 % restante.
Las importaciones por gasoducto de todos esos países provinieron en su mayor parte de Rusia, Noruega, Argelia y Azerbaiyán.
Las importaciones por gasoductos desde Rusia, el mayor proveedor, se incrementaron desde aproximadamente 11 bcf/d (miles de millones de pies cúbicos por día) en 2010 a más de 13 bcf/d en 2020, un año de consumo relativamente bajo debido al impacto económico generado por el covid-19.
Pese a la construcción de nuevos gasoductos, las importaciones desde Noruega, el segundo mayor proveedor, promediaron alrededor de 9 bcf/d entre 2010 y 2020, ya que el desarrollo de la producción en los nuevos campos de gas del mar de Barents se ha revelado insuficiente para compensar el declino experimentado por los campos ya maduros del Mar del Norte.
Importaciones de gas natural licuado
En lo referente al suministro de gas natural licuado, la EIA, concluye que, en 2021, la práctica totalidad del suministro europeo de GNL provino de EEUU, Catar, Rusia, Nigeria y Argelia, por este orden.
Juntos, los tres primeros países citados representaron casi el 70 % de las importaciones totales.
Según datos a portados por Mariano Marzo Carpio, experto en temas energéticos, en 2021, EE. UU. se convirtió en la mayor fuente de GNL, contabilizando el 26 % del total importado por los países miembros de la Unión Europea (UE-27) y el Reino Unido, seguido de Catar con el 24 % y Rusia con el 20 %.
A quién afectaría un corte del suministro ruso?
A partir de los datos previamente expuestos, queda claro que un corte de suministro del gas ruso afectaría de forma muy desigual a los países de la UE-27, tanto por su diverso grado de dependencia de las importaciones vía gasoducto desde Rusia.
También por su diferente capacidad de importar gas por barco en forma de GNL (
Para muchos países, la alternativa inmediata a un corte de suministro del gas ruso pasaría, fundamentalmente, por incrementar sus importaciones de GNL desde otros proveedores. Una alternativa no exenta de obstáculos.
Cambiar de proveedores
Las fuertes inversiones en plantas de regasificación hacen que Europa disponga de mucha capacidad ociosa. En 2021, las terminales de importación de la región funcionaron al 45 %.
Sin embargo, no todas estas terminales están en el lugar adecuado: así, mientras que Alemania no dispone de ellas, España tiene una cuarta parte de toda la capacidad del continente, aunque su infraestructura gasista está prácticamente aislada del resto de Europa y poco puede hacer para ayudar a otros países.
Además, un segundo obstáculo, tal vez el principal, radicaría en la disponibilidad de los suministros.
Los principales exportadores de GNL a nivel mundial (EE. UU., Australia y Catar) están ya exportando casi al máximo de su capacidad y necesitarían mucho tiempo para expandir la licuefacción y las exportaciones.
La única esperanza a corto plazo para Europa sería pujar por los cargos de GNL existentes y originalmente destinados a otros lugares del planeta.
El inconveniente es que Asia también necesita gran cantidad de GNL: por ejemplo, las importaciones de China crecieron un 82 % entre 2017 y 2020, superando el pasado año a Japón como el mayor importador del mundo.
Alrededor del 70 % del GNL comercializado a nivel mundial lo hace bajo contratos de diez o más años de duración, aunque Europa ha tendido a depender de los mercados al contado y de contratos más cortos.
En el pasado, eso ha reportado ventajas en los precios, pero en caso de un corte de suministro Europa quedaría a merced del mercado.