La Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN ha mantenido una postura muy cautelosa frente al conflicto entre la Federación Rusa y Ucrania, que —según analistas— ha permitido que la guerra en Ucrania haya llegado hasta extremos dramáticos y devastadores, en tiempo récord.
El Político
Haciéndole seguimiento a Vladimir Putin, varios voceros autorizados advirtieron —durante años— que la expansión de la OTAN hacia el este, hacia las fronteras rusas, podría generar a la larga una nueva guerra en Europa.
???? El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, dijo que uno de los principales errores de Europa en las relaciones con Rusia fue la promesa de ingreso en la OTAN para Ucrania y Georgia. pic.twitter.com/M1Wlsr38YE
— The Political Room (@Political_Room) March 11, 2022
Luego de los primeros 20 días transcurridos de la invasión a Ucrania, por parte de las fuerzas rusas, su presidente, Volodímir Zelenski, expresó: "durante años hemos escuchado que la puerta para entrar en la OTAN estaba —supuestamente— abierta. Pero ahora oímos que no podemos entrar. Se trata de una verdad que tenemos que reconocer".
A la OTAN se le fueron anexando de manera progresiva 14 países excomunistas. Esto fue generando un caldo se cultivo para que el Kremlin sintiera una amenaza cada vez más cercana a sus fronteras.
Sin embargo, nada puede justificar la extrema ofensiva rusa, que está destruyendo una nación independientes y sepultando a miles de personas inocentes.
Rusia y el capitalismo
Según analistas, la expansión de la OTAN fue alimentando una posible reacción bélica por parte de Moscú, precisamente, cuando más puentes tendía Rusia hacia sus vecinos europeos.
Con el fin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS, en diciembre de 1991, los rusos intentaron abrazar al capitalismo. Nació la necesidad de integrarse en la economía globalizada de occidente.
Pero —en paralelo— el occidente representado en la OTAN, se fue convirtiendo en una "aparente" amenaza para el Kremlin, debido a su expansionismo.
La inclusión en la Alianza Atlántica de Polonia, Hungría y la República Checa, fue considerada un acto de provocación para los rusos.
Estos fueron los primeros tres países del antiguo Pacto de Varsovia que se integraron a la OTAN, la cual nació —precisamente— para contener el avance de Rusia, en la geopolítica de la región.
? El bombardeo el pasado domingo de una base de la OTAN situada en la frontera polaca ha llevado a la Alianza Atlántica a extremar las precaucioneshttps://t.co/cChX5OssT2
— Antena 3 Noticias (@A3Noticias) March 16, 2022
Nadie amenazaba a nadie, pero…
George Kennan, diplomático, politólogo e historiador estadounidense, sostenían en 1947, que el régimen soviético era expansionista por naturaleza y su influencia debía ser contenida.
Sobre la expansión de la OTAN, Kennan expresó: "creo que los rusos reaccionarán adversamente y afectará a sus políticas. No hay ningún motivo para hacerlo. Nadie está amenazando a nadie".
Por su parte, Strobe Talbott, subsecretario de Estado durante la administración de Bill Clinton, expresó: "muchos rusos ven a la OTAN como un vestigio de la Guerra Fría, inherentemente dirigido contra su nación. Subrayan que ellos desmantelaron su alianza militar, el Pacto de Varsovia, y se preguntan por qué occidente no hace lo mismo".
Sigue la expansión de la OTAN
A medida que la Alianza Atlántica se expandía hacia el este, en el Kremlin las cosas comenzaron a cambiar, tras la llegada de Putin al poder.
El antiguo agente de la temible KGB volvió a poner sobre la mesa la nostalgia por la Gran Rusia, con el camuflado pretexto de un nacionalismo.
Igualmente, se inició un proceso de renovación del militarismo. Mientras, en paralelo, se presentaba el acercamiento de la OTAN hacia sus fronteras como una “amenaza existencial” para Rusia.
En 2007, en una Conferencia de Seguridad de Múnich, Vladimir Putin dijo: "la OTAN ha puesto la primera línea de sus fuerzas armadas en nuestras fronteras. Esto es una seria provocación, que reduce el nivel de confianza mutua".
Posteriormente, en abril del año 2008, la OTAN abrió la puerta a la integración de Ucrania y Georgia a la Alianza.
Hasta ahora, Rusia se había manejado de manera diplomática. Pero ya no. Moscú tomó las armas. En agosto de ese mismo año, Putin invadió Georgia.
Su pretexto: respaldar a las autoproclamadas repúblicas de Abjasia y Osetia del Sur, que quedaron desde entonces como dos territorios tapón, entre la capital prooccidental Tiblisi y la frontera rusa.
Por su parte, el analista del Crisis Group, Oleg Ignatov, ha expresado que: "Putin no está satisfecho con la arquitectura de seguridad europea, quiere destruir el orden internacional, surgido tras el final de la Guerra Fría, y fue deliberadamente a la guerra, aun sabiendo que sería complicada y tendría graves consecuencias".
Razonamiento de Putin
Desde el punto de vista de Vladimir Putin, Rusia trató durante 30 años de negociar sin éxito con la OTAN un acuerdo sobre la seguridad en Europa, mientras la Alianza seguía expandiéndose hacia el este.
Putin exigía la retirada de las armas y las tropas de la OTAN, estacionadas en los países excomunistas. También establecer un compromiso de que no habrá nuevas ampliaciones hacia el este.
Esto incluía a Ucrania. Pero en 2017, esta nación enmendó su Constitución, para reflejar la entrada en la Alianza, como un objetivo nacional prioritario.
Jens Stoltenberg: “La OTAN tiene la responsabilidad de que esta crisis no escale más allá de Ucrania”.https://t.co/QOh4k515dk
— AlbertoRodNews (@AlbertoRodNews) March 17, 2022
La OTAN le dio largas. Lo que Putin aprovechó para justificar la invasión a Ucrania. Sus argumentos: Rusia trató durante 30 años de negociar sin éxito con la OTAN, un acuerdo sobre la seguridad en Europa, mientras la Alianza seguía expandiéndose hacia el este.
En todo caso, esta guerra ha cambiado muchas cosas. Lazos que entonces existían se han roto. Y es muy discutible esta vez que Kiev y sus aliados vayan a aceptar una neutralidad, que desemboque nuevamente en un Estado títere, al servicio del Kremlin.