La guerra en Ucrania ha vuelto a poner de relieve la idea de que Europa tenga una seguridad conjunta y su propio Ejercito. Una iniciativa que han sido promovidas por Ángela Merkel y Emmanuel Macron.
El Político
Al margen de la existencia de la Alianza Atlántica – OTAN, Europa requiere una política de seguridad propia.
La nueva realidad para el continente europeo que supone la invasión a Ucrania, trae a la mente de muchos analista la expresión popular: "si vez las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo".
Tres justificativos
Que Europa pueda contar con una política de seguridad conjunta, se asienta sobre tres elementos, a saber:
Guerra entre la Federación Rusa y Ucrania:
La guerra en Ucrania —evidentemente— se considera una amenaza para el orden y la seguridad de Europa.
Es el elemento de mayor peso, cuya contundencia está representada por la barbarie que vive el pueblo ucraniano. Una guerra sin sentido, que ocurre justo al lado de la propia Europa.
Se trata de una amenaza real, un escenario que no es hipotético, donde la seguridad conjunta de todo un continente está siendo amenazada, día a día, por las decisiones que va tomando Vladimir Putin.
Una nueva publicación de HispanicLA:
Europa y los desafíos de una política de seguridad común https://t.co/DpwR3WZIiD— HispanicLA (@HispanicLA) April 10, 2022
Una guerra que obliga a Europa a replantearse su estructura de seguridad, defensa e integridad territorial. Pero no para más tarde. Es ahora. Para luego será tarde.
El brexit:
La salida del Reino Unido supuso una ruptura de la unidad de Europa como estructura. Un rompimiento de uno de sus miembros de peso, con el resto del continente. Otro elemento que invita a pensar en la necesidad de volver a sumar, y no seguir restando.
El Reino Unido es una de las potencias mundiales desde el punto de vista del armamento nuclear. Un tema que Vladimir Putin ha vuelto a poner de relieve, en una Europa que necesita estar sólida en sus posturas se seguridad, ante una amenaza latente, nada ficticia.
La posición de Washington:
Anteriormente, con la administración Trump, este decía que: "Europa debía pagar lo que le correspondía, en materia de seguridad conjunta con la OTAN y no dejar el peso exclusivamente a Estados Unidos".
En el presente, con la administración Biden, se hizo mucho énfasis en no intervenir de manera directa en el conflicto armado. Solo han apoyado con armamento, recursos económicos y logística. Pero ningún soldado de EEUU se va a involucrar directamente, entrando a la zona de guerra.
Biden apelar a la defensa colectiva que obliga a todos los miembros de la OTAN a reaccionar si uno de ellos es atacado. Pero la OTAN no se ha movido como Ucrania esperaba o necesita. Su postura es de cautela extrema, frente a las agresiones del Kremlin.
Cualquier movimiento extra de la OTAN supondría un despertar mayor de la ira de Vladimir Putin. Y esto hay que evitarlo a toda costa, según la Alianza Atlántica.
? ¿Hacia un cambio en la #seguridad y #defensa de la #UE? ➡️ Araceli Luque trae este informe ejecutivo sobre la #política exterior y de seguridad común de la Unión Europea ?https://t.co/UobkZYV7i4
— LISA Institute – Seguridad, Intel y Geopolítica (@LISA_Institute) April 7, 2022
Costos
Una política de seguridad común europea y del ejército conjunto, supone —además— uno de los mayores renglones en cuanto a incremento del gasto militar en el planeta.
Las cifras son enormes. Solo Estados Unidos tiene un presupuesto militar de 587.000 millones de dólares al año. Esto se traduce en casi 1.1 millones de dólares de gasto en armamento por minuto.
A modo comparativo, el gasto militar de la República Popular China es de casi 300.000 millones de dólares anuales. La Federación Rusa, por su parte, va por el orden de los casi 200.000 millones de dólares al año.
Estas cifras demuestran cómo se mueve la voluntad política de los Estados. Para seguridad y defensa hay suficiente dinero. Y los fabricantes de armas son los más beneficiados.
En todo caso, la seguridad conjunta de Europa supone un esfuerzo heterogéneo, de naciones que les está costando pensar como grupo, como unión, como continente. El YO sigue prevaleciendo sobre el NOSOTROS.
Allí está la dificultad, en que hay que poner de primero el interés colectivo, sobre los intereses individuales. Precisamente, en momentos donde la amenaza a la seguridad de Europa es cada día más evidente.