Vladímir Putin firmó un decreto que obliga a las empresas rusas a retirar su cotización de las bolsas de valores del extranjero.
Mario Beroes/El Político
La decisión, considerada un golpe para el grupo de multimillonarios de ese país, muchos opuestos a la invasión a Ucrania, obliga a estos a ajustar la estructura de propiedad de sus empresas, informó Bloomberg.
Esto significa que los multimillonarios rusos propietarios de las empresas que cotizan en el extranjero no podrán cobrar los dividendos en moneda extranjera de los recibos de depósito.
Por qué lo hizo
La negociación de los recibos de depósito en las bolsas extranjeras también debe cesar en cuestión de días.
Sin embargo, la Bolsa de Nueva York, el Nasdaq, la Bolsa de Londres y otras bolsas internacionales importantes ya habían congelado las acciones rusas después de que Putin lanzara su guerra contra Ucrania en febrero.
Además, el decreto que firmó Putin significa que los titulares extranjeros de los recibos cancelados deben recibir acciones normales colocadas en cuentas de no residentes en Rusia.
La prohibición de cotizar en el extranjero es el último golpe para los multimillonarios rusos, que ya han sido objeto de sanciones occidentales, así como de los propios controles de capital de Moscú que restringen la capacidad de mover dinero en el extranjero.
"Los derechos de los accionistas que creen en Rusia y han invertido en el mercado ruso durante muchos años y que no pueden poseer acciones rusas directamente, se están viendo perjudicados", declaró un magnate a Kommersant.
"No tienen nada que ver con la política, y existe el riesgo de que sus derechos de propiedad simplemente se pierdan".
Mientras tanto, la autoridad fiscal del Reino Unido, HM Revenue and Customs, anunció que revocaría el estatus reconocido de la Bolsa de Moscú, lo que se suma a las sanciones sin precedentes que el gobierno británico ha impuesto a Rusia.