El Poder Ejecutivo uruguayo es pesimista en cuanto a la posibilidad de encontrar un estado que quiera recibir al ciudadano sirio Jihad Diyab.
El exrecluso de Guantánamo está en huelga de hambre desde hace cerca de un mes y asegura no consumir líquidos desde hace 12 días en reclamo de una solución que le permita emigrar hacia un país árabe o musulmán donde poder reencontrarse con su familia. Diyab llegó a Uruguay en calidad de refugiado a fines de 2014 junto a otros cinco exprisioneros por iniciativa del entonces presidente José Mujica.
Fuentes del gobierno dijeron a El Observador que aún quedan algunos países por contestar la consulta de Uruguay, pero estimaron que la respuesta será negativa como las que se obtuvieron hasta el momento. La preferencia del exrecluso es viajar a Turquía para vivir allí junto a su numerosa familia.
El canciller, Rodolfo Nin Novoa, extremó los esfuerzos en Estados Unidos, donde mantiene reuniones con altas jerarquías del Departamento de Estado para cumplir con las aspiraciones del refugiado. La esperanza de la Cancillería es que el gobierno de Barack Obama pudiera triangular entre la gestión uruguaya y alguno de sus socios en Medio Oriente. Pero hasta ahora los resultados no parecen ser alentadores.
Este viernes, Diyab dio a conocer un video a través de Youtube en el que informó que el jueves le hizo llegar una propuesta al gobierno que consiste en que dejará la huelga seca —y por tanto volverá a tomar líquidos pero no a consumir alimentos— siempre que exista un compromiso de darle una solución en un plazo máximo de hasta siete días. El exrecluso de Guantánamo indicó que espera una contestación oficial a más tardar este domingo y se quejó de la falta de respuesta.
Sin embargo, fuentes del gobierno indicaron que formalmente no hay una propuesta realizada por el ciudadano sirio.
Por su parte, Christian Mirza, quien oficia como nexo entre Diyab y el gobierno, indicó a El Observador que existen "conversaciones" con las autoridades que apuntan a intentar destrabar la situación y que eso permita cesar la huelga de hambre.
Lea más: Informe médico de exreo de Guantánamo revela que no está en riesgo de muerte
"Estamos en una situación muy tensa. Son todas ideas exploratorias pero no hay propuestas concretas", dijo Mirza y afirmó que en cualquier caso la intención del exrecluso de Guantánamo es abandonar Uruguay.
Por otra parte, el juez penal Carlos García, que el jueves había dispuesto que una junta de peritos forenses examinara la situación de Diyab, archivó el expediente judicial que se había inciado al respecto debido a que en función del informe que presentaron los expertos "no existe riesgo de vida inminente".
El miércoles al mediodía, Diyab se desmayó en el apartamento en el que vive en el Centro de Montevideo, por lo que las personas que lo acompañan llamaron al servicio de emergencia de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Los médicos que lo atendieron le colocaron suero para hidratarlo, pero quienes estaban junto con el ciudadano sirio dijeron que su voluntad era no ser trasladado a un centro asistencial. Horas después Diyab recuperó la conciencia y se retiró la vía por la que se le suministraba el suero.
Ante la dificultad para su atención, los médicos de ASSE dieron cuenta de la situación a la Policía a lo que se sumó que horas después, siguiendo instrucciones del ministro Jorge Basso, el asesor jurídico del Ministerio de Salud Pública, Gúmer Pérez, informó a la Dirección Nacional de Información sobre la situación de Diyab y esa dependencia policial derivó el caso al juez García.
Este viernes al mediodía, el magistrado, en base al informe elaborado por los foreses Beatriz Balbela, Zully Domínguez y Guillermo López, archivó el caso. Los expertos concluyeron que Diyab "se encuentra lúcido, adelgazado y con normalidad en los análisis paraclínicos" razón por la que "no surge indicación actual de ingreso hospitalario por riesgo de vida inminente".
La resolución del juez García cita el dictamen sobre el caso de la fiscal Jacqueline Castelli que advirtió que "de permanecer la situación incambiada se acentuará el conflicto entre dos derechos humanos incuestionablemente trascendentes por su naturaleza de tales: el derecho a la vida y el derecho a la libertad personal ejercido por Diyab desde hace días al negarse a ingerir alimentos sólidos y líquidos (…)".
Con información de El Observador