El Índice de Calidad Institucional (ICI) 2022, que elabora anualmente la Red Liberal de América Latina (RELIAL), junto con la Fundación Libertad y Progreso, revela que la mayoría de los países de la región sufren un deterioro en sus instituciones políticas. Uruguay (19), Costa Rica (23) y Chile (29) son los que salen mejor parados. Nicaragua (157) y Venezuela (175) están al final de la lista.
El Político
Uruguay ocupa, por tanto, un destacado segundo puesto después de Canadá en el continente americano. "Con excepción de Uruguay y de Chile, que todavía se mantienen, y de otros que van avanzando muy lentamente, la calidad institucional de América Latina va en picada, especialmente en los países con un régimen de tipo populista.
Eso tiene que ver, básicamente, con los problemas derivados de la carencia de un verdadero Estado de derecho", dice a DW, desde México, Bertha Pantoja, presidenta de la Red Liberal de América Latina (RELIAL).
Uruguay: calidad de las instituciones
El ICI coteja dos subíndices principales: las "instituciones políticas" y las "instituciones de mercado". El puntaje de cada país refleja cuán seguros y resguardados están los derechos de sus habitantes.
El ICI de 2022 está marcado por las consecuencias de la pandemia del coronavirus. En la respuesta de cada país a la crisis sanitaria, se reflejaron las fortalezas o las debilidades de su sistema político-económico.
"La pandemia tiene un impacto muy claro, sobre todo, por las malas prácticas de nuestros Gobiernos", señala Pantoja, que es doctora en Sociología. En el informe, su autor, el doctor en Economía argentino Martín Krause, indica que "los ‘estados de emergencia’ declarados por algunos países son fácil presa de la sed de poder".
En muchos casos, apunta, los Gobiernos buscan que sean parte de la ‘nueva normalidad’”, dando así paso al autoritarismo.
Una burbuja en medio del caos
"En el caso de Uruguay, ha sido notable el avance y la solidez de sus organizaciones, especialmente las políticas", explica Pantoja. Llamado la "Suiza de Sudamérica", el país a orillas del Río de la Plata, de 176.215 kilómetros cuadrados y 3.554.915 habitantes (casi la misma cantidad que Berlín, la capital alemana), es a menudo envidiado por sus vecinos más grandes, debido a la solidez y estabilidad de sus instituciones.
Tiene el nivel más alto de alfabetización en América Latina. Ocupa el puesto 21 a escala global en la lista de los países con menos corrupción que elabora Transparencia Internacional; y es el segundo mejor ubicado de América, después de Canadá.
Según la CEPAL, la distribución de ingresos en ese país es una de las más equitativas, y es el cuarto país con la más alta esperanza de vida en la región. ¿Cómo puede seguir siendo Uruguay esta especie de oasis en medio de sus turbulentos vecinos, Argentina y Brasil?
"Uruguay ha ido avanzando en democracia de una forma muy consecuente. Eso se logra cuando un Gobierno tiene en claro cuáles son las necesidades más urgentes, y vela por el bienestar real de sus ciudadanos", señala Berta Pantoja. Pero, aclara, se debe reconocer que esos avances "se deben en gran parte a la madurez de sus ciudadanos".