El debate en Washington podría presentarse candente, después que Kalshi Inc. pudiera convertirse en la Bolsa de Nueva York de las elecciones estadounidenses. Sólo tiene que superar a los reguladores federales.
El Político
Este prometedor operador de mercados de predicción, respaldado por algunos de los nombres más importantes de Wall Street y Silicon Valley, ya es una fuerza en el lanzamiento de nuevos contratos para que los inversores y los apostantes negocien en todo tipo de temas, desde el cambio climático hasta posibles alunizajes.
Sin embargo, el último mercado previsto por Kalshi, centrado en qué partido político controlará el Congreso en el nuevo año, está provocando un debate en Washington, reportó Politico.
Debate en Washington
Según la propuesta, Kalshi quiere hacer una lista de dos nuevos contratos de eventos políticos basados en la cuestión de si los demócratas o los republicanos se harán con el control de cada cámara tras las elecciones de mitad de mandato. Los inversores podrían apostar hasta 25.000 dólares sobre los resultados de las elecciones.
Los funcionarios de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC), el regulador encargado de supervisar los mercados de derivados de EEUU, se han mostrado durante mucho tiempo reacios a abrir la negociación de las elecciones.
En 2012, la CFTC rechazó una oferta similar del North American Derivatives Exchange, o Nadex. Al regulador le preocupaba que los productos representaran efectivamente una forma de juego, que pudieran influir en los resultados de las propias elecciones y que, en definitiva, no fueran de interés público.
Ahora tiene que decidir si la propuesta de Kalshi correrá la misma suerte.
Mercados electorales
En Washington no son nuevos en los mercados electorales, ya que las apuestas se remontan a más de 150 años, según Koleman Strumpf, profesor de economía de la Universidad de Wake Forest que investiga los mercados de predicción.
Sólo en las elecciones presidenciales de 1916 se apostó el equivalente a más de 276 millones de dólares en la actualidad, según un artículo de Strumpf y el profesor de economía de la Universidad de Michigan Paul Rhode.
En la era moderna, el atractivo de los mercados de predicción política no ha hecho más que crecer, y no sólo entre los operadores de Wall Street, los adictos a la política y los apostantes. Los académicos, los periodistas y los propios encuestadores se han lanzado a este espacio en busca de cualquier pista sobre la inclinación de los estadounidenses en las urnas.
De ahí que hayan surgido varios sitios que ofrecen formas -no todas legales- de negociar en elecciones tan importantes como la carrera a la Casa Blanca y tan locales como los concursos para hacerse con la mansión del alcalde.