Llegó el otoño a Europa. El cambio en el clima acelerará el consumo de la calefacción, sea eléctrica o a gas, debido a que las temperaturas comienzan a bajar. Un problema, que gracias a la guerra de Putin con Ucrania, este continente debe resolver.
Mario Beroes/El Político
Por el momento los gobiernos y habitantes europeos pueden estar tranquilos. El continente cuenta con reservas de gas que alcanzan un 86%, lo que permitirá enfrentar un invierno con calefacción en los hogares.
Por otra parte, el precio del gas en el mercado holandés sigue decreciendo pese a las amenazas de Putin y el recrudecimiento de la guerra en el este de Europa.
Es muy probable que la guerra entre la Federación Rusa y Ucrania continúe un tiempo más. lo que va a prolongar la crisis energética, que se une a la creciente inflación en Asia y el incremento del IPC en Rusia.
…Pero la crisis continúa
Los párrafos anteriores parecieran dar pie a que la crisis energética en Europa va decreciendo, pero no es así. El problema es grave y se relaciona con el precio del gas.
El gas, es el hidrocarburo que, como materia prima es codiciado en el mercado europeo, y más en estos tiempos en que el régimen de Vladimir Putin decidió eliminar el suministro proveniente de Rusia.
El gas se ha convertido en un arma y en un escudo económico a partes iguales. El dictador ruso sabe que es el mayor suministrador de la materia prima en Europa, y se aprovecha para extorsionar a sus vecinos.
El GNL y Asia
No se puede negar el papel protagónico de la Federación Rusa en esta "guerra energética" que pelea Europa occidental con su vecino euroasiático, más ahora que Putin cerró el suministro.
lo que podría poner a Europa, de cara al invierno de este año 2022 a observar unas reservas de gas en niveles mínimos de cara a un invierno que, a priori, parece estar controlado por los dirigentes europeos.
Dicha tranquilidad de la Unión Europea, o mejor dicho de la Eurozona, logra un descenso del precio del gas del 45%
El Viejo Continente encontró en el GNL (Gas Natural Licuado), la solución a la escasez de suministro de gas ruso.
Las naciones más dependientes del estado ruso, se ha apresurado a llenar todo los posible las reservas de gas. A su vez, varios países europeos han diversificado el suministro energético, tornando por opciones como la nuclear, o el potenciamiento de las energías renovables.
Pese a ello, el gas sigue siendo necesario, sobre todo por la alta demanda que tiene en la actualidad.
China, Australia, Catar, Corea, Estados Unidos son algunos de las naciones que han aprovisionado a Europa para combatir la escasez de gas ruso.
El continente europeo se ha convertido en uno de los principales demandantes de GNL cuando históricamente Europa había servido como balancín para contrarrestar la demanda de gas natural licuado por parte de Asia.