El suministro de gas desde Rusia a Europa a través del gasducto Nord Stream es un problema que no pareciera tener una solución. A las explosiones sucedidas en el Mar Báltico la semana pasada, se une el problema de la corrosión, por la entrada de agua salada a dichas tuberías.
El Político
El gasducto Nord Stream 1 y 2 podrían dejar de funcionar definitivamente. Las autoridades alemanas, principal cliente, consideran que las cuatro fugas detectadas han dejado inutilizado para siempre el gasoducto.
Aunque la Federación Rusa había dejado de bombear gas a los diversos países y clientes en Europa Occidental, las explosiones y el que sea Rusia la involucrada en las mismas, añaden un nuevo componente al tema
Las valoraciones que se están llevando a cabo muestran que los daños no se pueden reparar rápidamente y las aguas marinas se filtrarían en las tuberías, lo que provocaría una corrosión irreversible.
El agua salada perjudica seriamente el acero, que es el material utilizado en esta infraestructura.
Estas tuberías suelen estar protegidas de la corrosión, ya que están en continuo contacto con el agua del mar. Por eso, se utiliza algún tipo de revestimiento, un material polimérico, y acero inoxidable.
El problema surge cuando ocurren incidentes como el del Nord Stream, en el que las fugas permiten la entrada de agua salada al interior de las tuberías.
Esto las daña, las corroe e imposibilita transportar el gas natural. "Es por los cloruros que tiene el agua del mar, que debilitan el acero de carbono", comenta el experto.