En una reunión con la plana mayor de su ministerio, el titular de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, informó que Vladimir Putin decidió aumentar el número de las Fuerzas Armadas a 1,5 millones de efectivos militares.
El Político
Shoigu dijo que "solo es posible garantizar la seguridad militar del Estado y proteger nuevas entidades federadas e instalaciones críticas si fortalecemos los componentes estructurales clave de las Fuerzas Armadas".
Según la agencia oficial TASS, las Fuerzas Armadas de Rusia cuentan con 2 millones de personas, de los que 1.150.628 son militares, tras entrar en vigor el 1 de enero un decreto de Putin para aumentar en 137.000 personas el número de personal militar, reportó DW.
¿Por qué es importante?
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), la reestructuración del Ejército busca refrendar a ojos de la comunidad internacional que el Kremlin está dispuesto "a librar una larga guerra en Ucrania".
Aunque otros analistas apuntan que el jefe del Kremlin, Vladimir Putin, no quiere llegar a las elecciones presidenciales de 2024, en las que podrá presentarse a la reelección, sin una victoria en la alfombra.
Shoigu anunció además la creación de un cuerpo del Ejército en la frontera con Finlandia y de agrupaciones de tropas en las regiones ucranianas anexionadas.
Y recalcó que "los cambios a gran escala en la composición de las Fuerzas Armadas, un aumento en su número, un cambio en la división militar-administrativa de Rusia, que se llevará a cabo entre 2023 y 2026″, requerirán la toma de decisiones apropiadas.
Además, el ministro explicó que se crearán dos nuevos distritos militares, los de Moscú y Leningrado, así como agrupaciones de fuerzas en los territorios de "las nuevas entidades constitutivas" de Rusia, es decir las regiones ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk, anexionadas en septiembre por el Kremlin.
Shoigú indicó que además se formará un cuerpo de Ejército en la República de Karelia, fronteriza con Finlandia, tres divisiones de fusileros motorizados como parte de las Fuerzas Terrestres y dos divisiones de asalto aéreo en las Fuerzas Aerotransportadas.
También adelantó que se reorganizarán en siete brigadas de fusileros motorizados en los distritos militares occidental, central y oriental y en la Flota del Norte, y se fortalecerá el componente de combate de la Armada, las Fuerzas Aeroespaciales y las Fuerzas de Misiles Estratégicos.
En contexto
Bajo Surovikin, el Ejército ruso se retiró de la ciudad ucraniana de Jersón. Tras la anexión de toda la región, la posterior retirada de la única capital regional ocupada por Rusia, se considera una vergüenza política para el Kremlin.
Según los expertos, a nivel militar, esa fue la decisión correcta, ya que los rusos no podían seguir manteniendo sus posiciones en el lado oeste del río Dniéper.
Surovikin, criticado en Occidente por su brutalidad en Siria, no ha sido destituido, sino que ha sido relegado al puesto de subjefe de las fuerzas militares en Ucrania.
Durante estos tres meses la estrategia del conocido como General Armaggedon se centró en bombardear las principales infraestructuras civiles del país vecino como represalia por el ataque al puente de Crimea.
Con todo, los bombardeos se vieron acompañados de la humillante retirada del tercio norte de Jerson, incluido la capital regional.
Reanudación de las operaciones ofensivas en Ucrania
El ISW pronostica que la llegada de Valeri Guerasimov precederá a una reanudación de las operaciones ofensivas a gran escala en Ucrania, aunque matiza que Putin ya sobrevaloró en muchas ocasiones las capacidades de sus Fuerzas Armadas.
Lo cierto es que el nombramiento de un nuevo jefe de las fuerzas rusas en Ucrania, justo cuando éstas están a punto de lograr en el Donbás su primera victoria desde julio pasado, abre una nueva fase en la campaña militar rusa en Ucrania.
Uno de los problemas acuciantes que apunta es la incapacidad de la industria militar rusa para solucionar la crónica escasez de munición. De hecho, fuentes ucranianas informaron de que en enero el fuego de artillería ruso se había reducido en algunas zonas hasta en un 75%.
En cambio, Valeri Guerasimov, según algunos observadores, demostró su incompetencia en los primeros días de la guerra. Junto con el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, Guerasimov tomó una serie de decisiones fatales al planificar la invasión, sobre todo en el norte de Ucrania.
Según dijo a DW el politólogo Andrei Kolesnikov, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, existen diferentes fuerzas en el aparato de seguridad ruso compitiendo por el poder.
Por un lado, las más moderadas, con Shoigu y Guerasimov. Serguei Surovikin, en cambio, es popular entre los partidarios de la línea dura, como Ramzan Kadirov, jefe de la República de Chechenia, y Yevgueni Viktorovich Prigozhin, jefe de los mercenarios del Grupo Wagner.
Kolesnikov valora el hecho de que la decisión de expulsar a la línea dura del Ministerio de Defensa la haya tomado, en el Kremlin, nada más y nada menos que Vladimir Putin: "Vemos cómo Putin equilibra así el poder político entre las diferentes fuerzas. Las enfrenta, las vigila, asegurándose de que ninguna se vuelva demasiado fuerte".
En conclusión
El ministro llamó especialmente la atención sobre el hecho de que todas las medidas deben combinarse en un Plan Integral para aumentar la composición y la fuerza del Ejército, y sincronizarse con la entrega de armas y equipo militar, así como con la construcción de infraestructuras para el despliegue de las tropas.
A la hora de aumentar el número del personal militar, Rusia debe centrarse en el reclutamiento de contratistas, dijo. Además debe aumentar el número de campos de entrenamiento en los distritos militares y en las cuatro regiones ucranianas anexionadas, e incrementar y aumentar la capacidad de centros de formación para, entre otras cosas, formar a más especialistas.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo a su vez que el aumento del número de los efectivos para el Ejército se debe a la "guerra proxy" que libra el "Occidente colectivo" contra Rusia. Esta "guerra proxy", agregó, incluye elementos "económicos, financieros, legales" y cuenta con la participación "indirecta" de países occidentales en el enfrentamiento con Rusia.
Esta reestructuración llega en un momento en el que Rusia hace pequeños avances militares por primera vez en meses.
Los expertos militares no se ponen de acuerdo sobre las razones de este cambio de mando. Además, se dice que Surokivin es popular entre las tropas y que mantiene buenos contactos con los partidarios de la línea dura del Ejército ruso.
Por último, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, explicó que los objetivos siguen siendo la "desmilitarización" y "desnazificación" de territorio ucraniano, y que el Ejército ruso aún tiene "mucho trabajo por delante".