Una vez más Nicolás Maduro y Gustavo Petro, mandatarios de Venezuela y Colombia volvieron a reunirse. Esta vez la frontera entre ambas naciones fue el sitio de encuentro donde firmaron un nuevo acuerdo comercial; el número 27.
Mario A. Beroes R./El Político
Nuevamente discursos, sonrisas, estrechones de mano y abrazos salieron a relucir en el acto, donde Maduro y Petro ratificaron "el buen momento de la relación bilateral".
Maduro, por vez primera
Maduro, que por primera vez visitó la frontera con Colombia como presidente, fue el primero en llegar al recién inaugurado puente internacional Atanasio Girardot, que comunica el estado de Táchira en Venezuela, con el departamento de Norte de Santander en Colombia (Colombia).
Con una comitiva numerosa, donde destacaban su esposa, Cilia Flores, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el embajador de Colombia, en Venezuela, Armando Benedetti, Maduro llegó a la reunión fronteriza, a la cual no asistía desde el año 2010, cuando era canciller. y se reunió con su entonces homóloga, María Ángela Holguín.
Maduro y Petro ya han sostenido un par de reuniones, ambas en Caracas, en el Palacio de Miraflores. En esta oportunidad, y luego de 7 años con la frontera cerrada, coincidieron en el Puente Atanasio Girardot para "impulsar la relación económica".
Cambio en las relaciones
Mientras esperaba a Petro, Maduro luego de recorrer el puente, habló unos minutos con los medios de comunicación. De inmediato aseveró que las relaciones entre ambos países "vienen tomando una nueva dinámica de diálogos políticos, diplomáticos (…) una nueva dinámica económica, comercial, poblacional.
Por su parte Petro, abogó por “quitar barreras” al comercio fronterizo y profundizar las relaciones para que “la gente pueda vivir sin temor.
Luego de las declaraciones, Maduro y Petro fueron a una tarima construida en la mitad del puente Atanasio Girardot, donde una línea blanca trazada sobre el tapete verde, a semejanza de un campo de fútbol, marcaba el límite entre Colombia y Venezuela.
Detrás de ambos mandatarios, un cuadro que copiaba una obra del pintor venezolano, Tito Salas, decoraba el evento, donde el buen gusto y el protocolo no fueron invitados. la firma del "Acuerdo 27″ fue el corolario del acto.
$ 1.800 millones en operaciones comerciales
El objetivo del acuerdo es alcanzar este año la meta de 1.800 millones de dólares en operaciones comerciales, un resultado que, de concretarse, multiplicará por ocho los 222 millones de dólares de 2020, el peor año de la relación bilateral, pero todavía muy por debajo del récord de 7.000 millones de dólares alcanzado en 2008.
“Se espera que en 2023 el comercio continúe con su tendencia de crecimiento, alcanzando un comercio total de entre 1.700 a 1.800 millones de dólares”, dice la declaración conjunta del encuentro.
Con este acuerdo, ambos Gobiernos buscan “impulsar la integración para consolidar el desarrollo” a través de acuerdos “en materia de acceso a mercados y origen para bienes”, señala el escrito que habla también de “impulsar la complementariedad del comercio de bienes a través de la diversificación productiva”.
El documento es una actualización del Acuerdo Comercial vigente desde 2012, y que había sido suscrito el 28 de noviembre de 2011 por los entonces presidentes Juan Manuel Santos y Hugo Chávez.
Conclusión
“Firmamos un acuerdo para llenar los puentes de comercio, hemos quitado las barreras. Aún hay mucho por hacer porque no se trata de que se llenen de comercio, sino que se llenen de pueblo que puedan pasar y venir sin miedo”, dijo Petro.
Maduro, por su parte, señaló que la Venezuela de 2011 es muy distinta a la de ahora. “La Venezuela del 2011 tenían ingresos petroleros netos de 56.000 millones de dólares, una chequera petrolera para sacar y comprar lo que hubiera que comprar en el mundo. Importábamos el 80 % de todo, zapatos, camisas, automóviles, cebollas, papas, carne, lo que fuera”.
El presidente venezolano aprovechó la ocasión para proponer a Petro la creación de una zona comercial binacional de desarrollo compartido entre Norte de Santander y Táchira con el fin de aprovechar mejor el potencial de esa región que empieza a resurgir después de años de parálisis por diferencias políticas.