Tres serían los aspectos en los cuales el gobierno chino centra su "ayuda" a su vecino, la Federación Rusa. Los tres enfocados netamente en el aspecto económico.
Mario A. Beroes R./El Político
Y aunque el gobierno de Xi Jiping ha declarado "no poner límites" a dicha ayuda, se está manejando con cierta prudencia, ya que no quiere inmiscuirse en la confrontación bélica que su colega ruso, Vládimir Putin mantiene desde hace un año con Ucrania, ni enemistarse con los EEUU y la UE.
Una cercanía que va más allá de lo geográfico
Estos movimientos tenían como objetivo debilitar la capacidad de Rusia para financiar la guerra y lo han conseguido, aunque no de manera total y contundente.
¿Porqué es importante?
Las sanciones han tenido un impacto. La economía de Rusia entró en recesión en 2022 y se contrajo un 4,5 %, según la estimación más reciente del Banco Mundial (BM).
Sin embargo, los ingresos fiscales de Moscú aumentaron, según el gobierno ruso. Eso se debe principalmente a los altos precios de la energía y los esfuerzos de Rusia para desviar las exportaciones a otros compradores dispuestos, como China e India.
Analistas aseguran que China ha apoyado económicamente la guerra de Rusia, incrementando el comercio con Rusia.
Esto ha debilitado los esfuerzos occidentales para paralizar la maquinaria militar de Moscú, que aunque obsoleta sigue siendo numerosa.
¿Qué compra China a Rusia?
Xi Jinping aprovecha la condición de país paria de Rusia y le compra energía barata, tecnología militar avanzada y apoyo diplomático; eso sí, para los intereses internacionales de China.
El comercio total entre China y Rusia alcanzó un nuevo récord en 2022, un 30% más hasta los $ 190.000 millones, según cifras de la aduana china. China compró $ 50,6 mil millones en petróleo crudo de Rusia de marzo a diciembre, un 45% más que en el mismo período del año anterior.
Por otra parte, las importaciones de carbón aumentaron un 54% a $ 10.0000 millones. Las compras de gas natural, incluido el gas de gasoducto y el GNL, se dispararon un 155 % hasta los $ 9.600 millones.
¿Y qué compra Rusia a China?
Aparte de la energía, Rusia también ha gastado miles de millones en la compra de maquinaria, productos electrónicos, metales básicos, vehículos, barcos y aeronaves de China, como se detalla en un informe del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU. de mayo pasado.
Rusia también necesita encontrar sustitutos para sus importaciones de los mercados occidentales, como automóviles y productos electrónicos.
Las marcas de automóviles chinas, incluidas Havel, Chery y Geely, han visto aumentar su participación de mercado del 10% al 38% en un año después de la salida de las marcas occidentales, según los datos más recientes de la firma de investigación rusa Autostat.
Y es probable que esa participación crezca aún más este año, pronosticó.
En electrónica de consumo, las marcas chinas representaban alrededor del 40 % del mercado de teléfonos inteligentes a fines de 2021. Un año después, prácticamente se han apoderado de la industria con una participación de mercado del 95 %.
Conclusión
Rusia se convirtió brevemente en el tercer centro comercial extraterritorial más grande del mundo para el yuan en julio pasado, detrás de Hong Kong y el Reino Unido, según cifras publicadas por SWIFT.
Desde entonces, se ha mantenido como uno de los seis principales mercados para el comercio de yuanes; ni siquiera estaba entre los 15 principales antes de la guerra de Ucrania.
El Ministerio de Finanzas de Rusia también ha duplicado la parte de las reservas de yuanes que el fondo soberano de riqueza del país puede tener hasta el 60%, después de que una gran parte de sus ahorros fueran congelados por las sanciones internacionales, según Reuters.
El ministro de Finanzas, Anton Siluanov, dijo que Rusia solo compraría yuanes en 2023 para recargar el fondo de riqueza soberana del país, informó Tass.
Sin embargo, la relación no es del todo libre de fricciones.
Según los informes, UnionPay, el sistema de pagos chino, dejó de aceptar tarjetas emitidas por bancos rusos por temor a sanciones internacionales, según el periódico ruso Kommersant.
“Las grandes empresas chinas desconfían de las sanciones secundarias y son cautelosas al tratar con las entidades rusas bajo sanciones o con el mercado ruso en general”, informó el periódico.