A raíz de la llamada Purga de Maduro han salido a la luz pública cómo varios operadores petroleros y empresas internacionales se han aprovechado de la situación de PDVSA para enriquecerse a costa del pueblo venezolano.
El Político
La purga comenzó este mes cuando las autoridades arrestaron a 21 personas, entre ellos directivos de empresas, altos funcionarios y un legislador, como parte de una investigación de pagos faltantes por envíos de petróleo.
Dicha corrupción ha sido desde hace muchos años una plaga en Venezuela —el país miembro de la OPEP fue el cuarto más corrupto del mundo en la lista más reciente de Transparencia Internacional—, aunque los poderosos rara vez son llamados a rendir cuentas.
En contexto
El escándalo, cuyas consecuencias se prolongan, ya ha derribado a un importante agente de poder: Tareck El Aissami, el zar del petróleo. Renunció tras el arresto de —entre otros— un estrecho socio suyo, Joselit Ramírez, que era el regulador de la criptomoneda en el país. Estados Unidos ya consideraba a ambos prófugos de la justicia.
Aunque las autoridades venezolanas no han mencionado a El Aissami entre los blancos de la investigación, la mayoría de las transacciones furtivas en la gran petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA ocurrieron bajo su mando y mientras Asdrúbal Chávez, primo del difunto presidente Hugo Chávez era presidente de la empresa, conocida generalmente como PDVSA.
Documentos internos de PDVSA obtenidos por The Associated Press revelan que hasta agosto de 2020 se le debían a la petrolera estatal 10.100 millones de dólares, siendo los deudores 90 compañías comerciales poco conocidas que han surgido como grandes compradoras de crudo venezolano desde que Estados Unidos impuso sanciones económicas en una campaña para derribar al presidente Nicolás Maduro.
Creación de empresas para estafar a PDVSA
En el año 2021, Alessandro Bazzoni creó la empresa United Petroleo Corp en Panamá en sociedad con Pérez Suárez. La empresa fue creada con el propósito de hacerse pasar por la verdadera United Petroleum & Chemicals Co. LTD, subsidiaria de la estatal China Sinopec Corp.
La estrategia era crear un espejo para que se pensara que la verdadera United era a quien le estaban asignando el petróleo a crédito cuando en realidad era a ellos mismos.
United Petroleum & Chemicals Co. LTD es una subsidiaria de la estatal China Sinopec Corp. Esta empresa es una de las principales compradoras de petróleo venezolano y su relación con el gobierno de Venezuela ha sido objeto de controversia debido a las sanciones internacionales impuestas al país.
Entre líneas
La United panameña de Bazzoni tiene 400 millones de dólares en facturas pendientes sin pagar a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), según reportó Associated Press. Esta situación es un ejemplo de cómo los operadores petroleros y empresas internacionales se han aprovechado de la situación en Venezuela para enriquecerse a costa del pueblo venezolano.
Actualmente, la panameña United Petroleo Corp tiene un barco VLCC de dos millones de barriles cargados con Merey 16 en Jose. El buque MT Gent (nombre falso) de Bazzoni cargó los primeros de febrero y actualmente está fondeado esperando instrucciones de descarga por falta de pago, según un reporte interno de Pdvsa.
Con esta intervención anticorrupción, a Bazzoni se le quedó ese barco sin orden de zarpe a crédito cargado de dos millones de barriles de Merey 16. Ese petróleo a bordo tiene un valor de unos 90 millones de dólares en valor de venta en China a la United Petroleum de verdad.
Grandes deudas a PDVSA
A Venezuela se le deben unos 13.300 millones de dólares correspondientes a 241 embarques en buques cisterna como resultado de una maniobra contable de PDVSA que reasignó la responsabilidad de cobro de facturas impagas directamente al gobierno de Maduro en lugar de regalías en metálico. Esta cifra supera la de todas las reservas en moneda extranjera en el banco central venezolano, reportó El Nacional.
Todos los cargamentos de petróleo se vendieron en consignación y con grandes descuentos debido a las sanciones, que han espantado a los negociantes más tradicionales.
PDVSA empezó a recurrir más que nunca a los intermediarios en 2020, cuando el gobierno de Donald Trump amplió las sanciones con la amenaza de excluir de la economía estadounidense a cualquier individuo o empresa, independientemente de su nacionalidad o sede, que tuviera negocios con el gobierno de Maduro.
Empresas de fachada
Para vender lo poco que se produce, Maduro, con ayuda de los aliados Rusia e Irán —también bajo sanciones estadounidenses— ha debido recurrir a una red compleja de intermediarios.
La mayoría son empresas fachada, registradas en jurisdicciones conocidas por conservar el secreto. Los compradores envían los llamados buques cisterna fantasmas, que ocultan su ubicación y entregan su carga valiosa en medio del océano antes de llegar a destino.
Para evitar los bancos occidentales, Venezuela empezó a aceptar pagos en rublos rusos, bienes en trueque o criptomoneda, pero no todos pagaban.
En la lista de deudores figura Walker International, que debe a PDVSA unos 77 millones de dólares, según los documentos. La empresa está registrada en Emiratos Árabes Unidos y su dirección en Venezuela es una casa modesta al pie de las montañas que separan a Caracas del Caribe.
Principales deudores de PDVSA
El intermediario más endeudado es M and Y Trading Co, registrada en Hong Kong en 2020. Debe a PDVSA más de 1.200 millones de dólares, según los documentos internos.
Otro de los deudores de PDVSA era Treseus International. Esta correduría de materias primas, que no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios, está dirigida por Juan Fernando Serrano, un español acusado el año pasado de lavado de dinero en una corte federal en Manhattan por asociación para contrabandear petróleo en beneficio de rusos ricos.
Las campañas anteriores —con el arresto de un expresidente de PDVSA en 2017— prácticamente no han servido para limpiar la industria petrolera, responsable de casi toda la recaudación de divisas duras por el país.