Luis Francisco Orozco Valero plantea en un artículo de opinión que al igual que numerosos líderes de izquierdas en América Latina, Gustavo Petro ha defendido y blanqueado a la dictadura venezolana durante años.
El Político
Orozco Valero agrega, en una columna de El Colombiano, que lo alarmante no es que su colaboracionismo se haya dado durante los inicios y mediados de la llamada Revolución Bolivariana, sino que se mantenga a estas alturas y siendo ahora jefe de estado.
¿Por qué es importante?
A medida que el chavismo recrudecía sus excesos tiránicos, Petro manifestaba su apoyo mediante la demonización de la oposición venezolana y la ridiculización de tragedias sufridas por millones de venezolanos.
"Petro no sólo no es aliado de la causa democrática venezolana, sinoque su ascenso como presidente de Colombia es la mejor noticia que ha tenido el chavismo en años", subraya Orozco Valero, reportó ElColombiano.
El columnista recuerda aquel deplorable tuit del año 2016, donde el presidente insinuaba que la crisis de escasez no solo no era real, sino que se trataría de una guerra mediática. Misma teoría conspirativa que el régimen azuzaba constantemente.
Incluso durante los años de mayor presión internacional, Petro representaba la defensa del régimen venezolano en Colombia, repitiendo los mismos reclamos y consignas de cualquiera de sus voceros sin importar su extravagancia: que se irrespetaba la soberanía venezolana, que las sanciones eran el problema, que la oposición era igual de responsable, o que Washington buscaba apoderarse del petróleo y sus aliados solo eran cipayos.
Por dinámicas políticas, posicionarse durante esta época a favor de la dictadura venezolana podía verse como una forma de capitalizar aún más la impopularidad del ex presidente Iván Duque, oponiéndose a su gobierno aún en este tema. Podía creerse que las posiciones manifestadas por Petro sobre Venezuela cambiarían una vez electo presidente.
Sin embargo, ya en el Palacio de Nariño Petro ha mantenido buena parte de sus posturas e incluso ha despedazado la vía confrontativa que tuvo el pasado gobierno, en nombre de utopías que ya para esas alturas resulta sospechosamente insólito seguir creyendo.
En contexto
Como la idea de que reestablecer relaciones con Venezuela beneficiaría al empresariado colombiano con la restauración de relaciones comerciales fronterizas, o que una dictadura acusada de narcoterrorismo e investigada por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad aceptará ir a elecciones transparentes y arriesgarse a perder el poder.
Una vez electo, el sesgo y complicidad son ya incuestionables, al tratarse de acciones favorables para Nicolás Maduro y su régimen.
Por un lado, vemos al Embajador en Venezuela Armando Benedetti relativizando las violaciones de derechos humanos y emitiendo insultos contra Juan Guaido.
Por otro lado, una nueva dirección en Migración Colombia buscando invisibilizar la migración venezolana. Finalmente, a un Presidente Petro junto a su Ministro de Relaciones Exteriores Álvaro Leyva pidiéndole a EEUU cancelar las sanciones contra el régimen y organizando una conferencia internacional con la que el chavismo gana tiempo.
Entre líneas
La reapertura de las fronteras entre Colombia y Venezuela, como primer paso para reanudar las relaciones al más alto nivel, evidencia que la oposición al régimen de Nicolás Maduro ha perdido “un aliado” en el poder ejecutivo de Bogotá y “mina” sus esfuerzos por presionar al chavismo, según especialistas.
Ahora, sin Duque en la Casa de Nariño, la oposición “pierde a Colombia como aliado” y la normalización progresiva de las relaciones es “un golpe muy representativo” para la oposición, según el analista y experto en relaciones internacionales, Luis Peche Arteaga.
El triunfo de Petro y sus consecutivas decisiones sobre Venezuela desde su ascensión al poder son elementos que inciden negativamente en Venezuela.
En conclusión
El columnista lanza una verdad demoleadora y casi irrefutable: "Seguir creyendo que Petro es un mediador neutral en el tema Venezuela es ya un acto de candidez o cinismo. Porque la complacencia y el colaboracionismo con un régimen criminal y asesino no son una forma sofisticada o ingeniosa de buscar la restauración democrática de un país. Eso es contribuir a su legitimación y continuidad en el poder".
Un dato a condiderar es que Petro mantiene en Caracas como embajador a un peso pesado de su coalición, Armando Benedetti, quien se ha convertido en uno de los principales cortesanos de la familia Maduro.
Hasta la mujer del presidente, la polémica Verónica Alcocer, ha visitado Caracas para reunirse con Maduro y con su mujer, la primera combatiente Cilia Flores.