La banca electrónica está acabando con las agencias o sucursales físicas de las entidades financieras. Muchos comparan esto con los videoclubs y las cabinas telefónicas de monedas, y no hay nada que los clientes de la banca puedan hacer al respecto.
Mario A. Beroes R./El Político
Es una señal del rápido avance de la banca electrónica a nivel mundial. Por ejemplo, en los Estados Unidos, en la ciudad de Filadelfia, Wells Fargo ha cerrado el 17% de sus sucursales bancarias locales desde 2020.
El principal banco regional, PNC no se queda atrás, clausurando el 15% de sus sucursales en el área de Filadelfia, según el Philadelphia Business Journal.
Otra entidad financiera que está aplicando recortes y cierres es el Bank of America, que ya ha clausurado un 5% de sus sucursales físicas en la región.
No es sólo un problema de Filadelfia. Los grandes bancos están cerrando sucursales en Miami, Orlando, Nueva Jersey, Maryland, Ohio, Washington, D.C., Illinois y Michigan, así como en Nevada, California y Arizona.
Cierre de sucursales bancarias no es nada nuevo
Según la Oficina Federal de Seguros de Depósitos de Estados Unidos (FDIC), las grandes sucursales bancarias comerciales estadounidenses han pasado de 8.000 en 2000 a 4.236 en 2021 y 4.194 en 2022.
La red de agencias o sucursales bancarias estadounidenses vinculadas a los grandes bancos también se ha reducido significativamente.
"Los bancos estadounidenses cerraron 149 sucursales y abrieron 49 en marzo, lo que arroja un total de 78.588 sucursales activas", según datos de S&P Global Market Intelligence del 28 de abril de 2023.
Si continúa la tendencia actual de cierre de sucursales bancarias, es posible que dentro de 10 años no quede ninguna.
Self Financial estima que el número de sucursales bancarias en EE.UU. caerá de unas 60.000 en 2023 a aproximadamente 15.660 en 2030, y seguirá cayendo hasta que no queden sucursales bancarias en 2034.
¿Por qué se están cerrando tantas sucursales bancarias?
Los ejecutivos bancarios afirman que la actitud de los consumidores ha cambiado con los tiempos.
En Wells Fargo, se habla de una caída en picado de las transacciones presenciales en ventanilla.
"Nuestra red de sucursales seguirá siendo la clave del negocio, pero nuestros clientes esperan que les ofrezcamos experiencias bancarias cada vez más digitalizadas y fluidas a través de todos los canales", señaló Charles Scharf, presidente y consejero delegado, en una reciente conferencia sobre resultados trimestrales.
Esto es cierto, ya que la pandemia mundial y los consiguientes cierres domiciliarios dejaron a los consumidores con pocas opciones salvo la banca digital en 2020 y 2021.
Los bancos también vieron caer sus ingresos tras años de bajos tipos de interés que redujeron los beneficios y obligaron a las entidades financieras a cerrar sucursales poco rentables y con elevados gastos generales.
Además, la creciente competencia de los bancos que operan únicamente en línea, como Ally Bank y SoFi, y de gigantes más grandes del sector de servicios no financieros, como Apple y su nueva cuenta de ahorro, que ofrece un elevado tipo de interés del 4,15%, están obligando a los bancos a cerrar sucursales.
Eso puede ser una buena noticia para los accionistas de los bancos, pero no es útil para los consumidores de banca minorista, especialmente aquellos consumidores que están en mayor riesgo financiero.
Banca en Venezuela: lo mismo
La reducción que muestra el sector bancario venezolano está vinculada con la recesión de la economía del país que tuvo una duración de ocho años, así como con el aumento del encaje legal, con la migración de los trabajadores bancarios, con la cuarentena por el covid-19, con la escasez de dinero en efectivo y con la promoción de la llamada "economía digital" por parte de la administración de Nicolás Maduro.
A las dificultades para ofrecer una óptima intermediación financiera, se suma la caída en el número de canales de atención tradicionales como los cajeros automáticos y las oficinas bancarias en todo el país.
Según el Diario Tal Cual, son ahora los puntos de venta y las nuevas vías para realizar transacciones vía Internet han ocupado espacios.
Los tres grandes canales de movilización monetaria en el país son los puntos de venta con 52% del total, el pago móvil con 27,2% y las plataformas Web de los bancos con 15%. Estos tres canales representaron 94% de todas las transacciones.
En la data que sobre el sector publica la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), por su parte, el número de oficinas del sector sigue disminuyendo.
A diciembre de 2022, el sector contaba con 2.587 sucursales, lo que representa una disminución de 598 oficinas con respecto a enero de 2020 (3.185) y una baja de 868 con respecto a 2018 (3.455).
Aunque la tendencia mundial es que cada vez los clientes bancarios prefieren la banca online, el cierre de agencias lleva consigo también un menor número de trabajadores.
Las cifras de la Sudeban señalan que al cierre de 2022 había 33.838 empleados bancarios versus los 57.298 del año 2018.
Una conclusión
"El sector bancario se está retirando de las comunidades más vulnerables del país a un ritmo asombroso a pesar de la reanudación de la actividad económica normal a mediados de 2021″, dijo Jason Richardson, director de investigación de la Coalición Nacional de Restauración Comunitaria.
"Tras aprovechar la fase inicial de bloqueo de la pandemia para duplicar el ritmo de cierre de sucursales, los bancos mantuvieron ese ritmo alarmante el año pasado".
Esta agresiva reducción del servicio presencial tendrá consecuencias negativas en todas partes, pero especialmente en las comunidades rurales, de bajos ingresos y mayoritariamente minoritarias, añade Richardson.